La noticia fue confirmada por el presidente Donald Trump, quien en la conferencia de prensa diaria de la Casa Blanca aseguró que ello se debía a la “enorme cantidad de pruebas” que las autoridades sanitarias del país han realizado en los últimos días. Y puso en dudas las cifras reportadas por China: “Nadie sabe cuáles son sus números reales”, expresó.
La cifra de muertes, en tanto, asciende a 1.178, lo que ubica al país en el sexto lugar de la lúgubre lista, detrás de Italia, España, China, Irán y Francia.
El epicentro del brote en el país tiene lugar en el Estado de Nueva York, que este jueves informó más de 37.000 casos confirmados y 385 muertes, 100 de ellas en las últimas 24 horas.
Añadió que expertos opinan que ese número aumentará a medida que los pacientes gravemente enfermos sucumban a la enfermedad. “Es una situación en la que la gente simplemente empeora con el tiempo, eso es lo que estamos viendo”, señaló al respecto el gobernador Andrew Cuomo.
Más de 5.300 pacientes estaban hospitalizados el jueves, 40% más respecto del día anterior. Casi 1.300 están en cuidados intensivos, lo que representa un alza del 45%.
Los hospitales en la ciudad de Nueva York están abrumados por tanta gente y sufren de una grave escasez de suministros como máscaras y ventiladores.
En otro pasaje de la conferencia de prensa, Trump indicó que el hospital naval U.S.N.S. Comfort llegará a los muelles de Manhattan el sábado, tres semanas antes de lo previsto. La medida está destinada a ampliar la capacidad hospitalaria del estado y Trump dijo que el mismo irá a despedir la nave. “Iré y le daré un beso de despedida luego de que se la llene de suministros médicos hasta el tope”, indicó.
La medida se suma a otras tomadas por el gobierno federal con este objetivo: Más de 200 profesionales médicos del 531er Centro Hospitalario en Fort Campbell, Kentucky, serán despachados a Nueva York para ayudar en las salas de emergencia. También, personal del 627mo Hospital del Ejército en Fort Carson, Colorado, y del 9no Hospital en Fort Hood, Texas, será despachado a los estados de Nueva York y Washington.
Otros estados particularmente afectados por el brote son Washington, California y Florida, donde el gobierno federal decretó el miércoles el “estado de desastre”.
Las playas abiertas hasta el 15 de marzo días, el hecho que gente de todo el país confluyera allí para pasar el receso de primavera, un 20% de población anciana y mucha gente sin seguro de salud se combinan para que el estado -y en particular Miami y su área de influencia- sean un foco potencialmente grave del COVID-19. De hecho, las autoridades de Miami ordenaron a sus residentes el 24 de marzo confinarse en sus casas para reducir la propagación del virus. Al jueves por la tarde (hora local), el estado registraba 2.355 casos positivos y 28 muertes.
A nivel nacional, 20 estados han ordenado a sus ciudadanos no salir de sus casas excepto para realizar actividades esenciales, mientras que la medida aplica de manera parcial -es decir, en algunas ciudades o condados- en 15 otros.