El central de 31 años conducía a su casa en Múnich, cerca de Selbitz en el norte de la región de Baviera, cuando perdió el control de su vehículo. Según informaron las fuentes policiales, no manejaba a alta velocidad pero sí estaba circulando con los neumáticos de verano en época de nieve. Por suerte, el protagonista salió ileso.
Ese aparente descuido del campeón del mundo en el 2014, que habría perdido el control cuando fue alcanzado por una repentina tormenta de granizo, derivaría en una multa. Y también deberá afrontar un gasto cercano a los 25 mil euros, el número aproximado que deberá desembolsar para reparar su auto.
Boateng había viajado para ver a su hijo enfermo Jermar, que vive con su madre cerca de Leipzig. Ese recorrido, vale señalar, lo hizo con permiso del Bayern y ese día no había entrenado de forma remota con el equipo.