José Thomas, director general de Escuelas, se hizo eco de la preocupación por el último primer día (UPD), cuando los chicos de la secundaria que ingresan a quinto o sexto año, se ponen como objetivo asistir alocholizados al comienzo de clases, previsto para el 27 de febrero. Desde el gobierno ya advirtieron que no los dejarán entrar a la escuela y que se dará aviso a los padres y a la Policía.

Frente a esta moda, que se repite en el nivel secundario desde casi 10 años, la DGE lanzó una campaña de concientización destinada a los padres porque son los responsables de los chicos menores de edad. “Tenemos que hablar con nuestros hijos, involucrarnos con los padres que no están de acuerdo con esta práctica. Cambiar el día del festejo, por ejemplo, y por supuesto sin permitir el consumo de alcohol porque está prohibido”, expresó el funcionario.

“Hay que separar el tema en dos. Por un lado está muy bien que los chicos festejen y que se organicen en grupo para hacerlo, como la presentación de los buzos. Pero cuando eso se hace para faltar a las normas básicas, como la tolerancia cero al alcohol, y más el día previo a las clases, eso no se puede dejar pasar”, consideró Thomas en una entrevista que brindó a Radio Nihuil.

El último primer día y el rol de los padres

La idea es que los estudiantes desistan de tomar bebidas alcohólicas de manera desmedida la jornada previa al inicio del ciclo escolar. Incluso muchos alumnos suelen ir sin dormir -sobre todo en el turno mañana- porque pasan de largo de la fiesta que organizaron el día anterior.

La DGE cuenta con protocolos para actuar en situaciones de emergencia. “Lo primero que se hace es hablar con los padres para tratar de entender porque permiten este accionar de parte de sus hijos”, explicó Thomas.

“Se sabe que los adolescentes quieren trasgredir pero los adultos son los que les permiten el ingreso de bebidas a los lugares (casas, cabañas) y no ponen los límites necesarios. Los chicos de hoy son los que hacemos como sociedad todos los días”, añadió.

Thomas contó que hay algunos dueños de salones que les hacen firmar contratos a los chicos donde les permiten traer una bebida blanca cada cuatro adolescentes. “Una locura. Los únicos daminificados son los pibes porque son nuestro futuro”, se lamentó el titular de la DGE en pleno conocimiento de varias fiestas programadas para el próximo domingo.

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