Los cinco acusados por el asesinato durante un asalto del comerciante Norberto Martín Salzmann (51), ocurrido a mediados de febrero en Guaymallén, escucharon la tarde de este miércoles las pruebas en su contra durante una audiencia que se desarrolló en la Sala 15 del Polo Judicial Penal.

La fiscal de Homicidios Claudia Ríos, quien lidera la instrucción, solicitó la prisión preventiva de Brian Exequiel Garro (27), Jorge Daniel Romero (27), conocido como ZurdoAriel Iván Colo Quarñolo (28), Sebastián Marcos Palacio Masmutti (28), alias Polo, y Martín Carlos Falcón (35).

En el recinto estuvieron presentes la pareja y los padres de Salzmann, quienes presenciaron el video de las cámaras de seguridad, que captaron el accionar de los delincuentes y el momento en que la víctima fue ultimada de un disparo en el pecho.

Hacia el final de la audiencia, la madre de Salzmann pidió la palabra, se dirigió a los cinco sospechosos y sorprendió a todas las partes. La mujer le dijo a los imputados que los perdonaba, pero pidió que sigan tras las rejas: “No comprendo cómo piden la libertad después de lo que le hicieron a mi hijo, a los abogados, si tienen hijos, deberían entender”, expresó.

Pasadas las 14, la representante del Ministerio Público comenzó a exponer su teoría del caso, acompañando sus argumentos con el material probatorio reunido a lo largo de estos tres meses.

Básicamente, la hipótesis que armaron los detectives sostiene que la banda de asaltantes que irrumpió el 16 de febrero en el lubricentro de Salzmann y que luego consiguió acceder a su domicilio colindante, llegó hasta ese lugar con el dato de que la víctima había comprado en los días previos una importante cantidad de dólares para irse de vacaciones a Brasil junto a su familia.

De la pesquisa surge que la información sobre el dinero que guardaba el comerciante dentro de una caja fuerte en su vivienda, fue aportada a la gavilla por un empleado de confianza de Salzmann, que llevaba varios años trabajando en su negocio de calle Mitre: el Colo Quarñolo.

Las averiguaciones y el cruzamiento de datos practicados por los sabuesos de Homicidios apuntaron desde un principio contra el trabajador del lubricentro, pero para demostrar su participación en el golpe debieron moverse con sigilo, ya que existía un trasfondo vinculado al ambiente narco y el consumo de estupefacientes.

Fuentes allegadas a la causa señalaron que Quarñolo tenía un problema de adicción a las drogas, que lo condujo a acumular una abultada deuda con vendedores de sustancias ilegales. Con la intención de saldar ese pasivo, le aportó información detallada sobre el dinero que tenía ahorrado Salzmann y cómo debían moverse en el interior de comercio y también en la casa de la víctima.

Pero el empleado no tuvo en cuenta las cámaras de seguridad de ambas propiedades, las cuales terminaron por comprometer a los asaltantes y, por ende, a él mismo. Gracias a las imágenes captadas por los aparatos, los detectives pudieron encaminar la investigación e identificar a cada uno de los miembros de la gavilla.

Las filmaciones fueron una de las pruebas decisivas que la fiscal Ríos exhibió durante la audiencia de prisión preventiva. Así, por primera vez, los acusados se vieron a ellos mismos durante el asalto que terminó con la vida Salzmann.

Otro elemento determinante para la instrucción fue la declaración de Brian Garro, quien se transformó en una suerte de arrepentido, colaboró con la investigación, con la intención de obtener algún beneficio a futuro, y aportó datos sobre otros dos imputados, que por ese entonces no estaban identificados: el Zurdo Romero y Polo Palacios.

A eso se le suman las llamadas con información que ingresaron a partir del millón de pesos que ofreció como recompensa el Ministerio de Seguridad, análisis de celulares y escuchas, entre otras pruebas.

La jueza Mirna Montaldi, del Juzgado Penal Colegiado Nº 2, escuchó los argumentos presentados por Ríos, así como también por la querella, a cargo de Claudia Vélez, y las respectivas defensas -que pidieron la libertad de sus clientes o, en subsidio, la domiciliaria-, para luego pasar a un cuarto intermedio. Así las cosas, en los próximos días se deberá fijar una nueva audiencia para que la magistrada dicte la resolución.

El crimen

El asesinato de Salzmann se produjo en plena siesta del jueves 16 de febrero. Ese día, cuatro malvivientes irrumpieron en el local Penta Repuestos, propiedad de la víctima, ubicado junto a su casa de calle Mitre, casi Mathus Hoyos, en el distrito de Pedro Molina.

Los autores utilizaron una barreta para abrir la puerta que separaba el local comercial y la vivienda. Así, abordaron primero a una hija de Salzmann, quien se estaba bañando mientras todo sucedía.

El dueño del lubricentro se encontró con esa situación y los maleantes le exigieron que les facilitara la combinación de la caja fuerte. Ante la resistencia de la víctima, uno de los asaltantes le dio un fierrazo en la cabeza y, seguidamente, otro le propinó un disparo en el pecho.

Así, los ladrones consiguieron hacerse con el botín que buscaban y escaparon a bordo de una camioneta Chevrolet S10, que había sido robada un día antes (por esa causa están imputados Garro y Falcón). Luego, el rodado fue hallado totalmente incinerado en un terreno baldío cercano al barrio Capilla de Nieve.

Mientras todo eso ocurría, efectivos policiales y médicos del Servicio de Emergencias Coordinadas (SEC) llegaron a la escena, donde constataron que el comerciante falleció a raíz del balazo que recibió en el pecho.

Fuente: El Sol

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