El presidente había cuestionado la medición del Indec y puso en duda que el índice real sea superior al 40%. Pero un informe de la UCA lo ubica por encima de ese porcentaje.

La pobreza multidimensional urbana ascendió en el tercer trimestre de 2023 al 44,7% del total de la población y al 62,9% de los niños y adolescentes, de acuerdo con el informe dado a conocer por el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA).

Asimismo, la indigencia alcanzó al 9,6% y la calidad de empleo cayó a los niveles más bajos de la serie que el ODSA mide desde 2004, con un 33,1% de la población económicamente activa mayor de 18 años en condición de desempleo (8,8%) o de subempleo inestable (24,3%).

Los datos se conocieron apenas 24 horas después de que el presidente Alberto Fernández asegurara que no cree que la pobreza se encuentre por encima del 40%, señalando que los niveles de empleo son altos y que la gente “miente para no perder el plan”.

“Creo que la pobreza está mal medida, si hubiera semejante cantidad de pobreza, la Argentina estaría estallada. Se mide la pobreza por una encuesta, y las encuestas han mostrado su falibilidad. Yo temo que la gente no diga toda la verdad, porque si le preguntas a una persona y te dice ‘tengo un plan’, de ahí en más empieza a mentir porque tiene miedo de que se lo quiten”, detalló Fernández en una entrevista este domingo.

Además, el mandatario saliente agregó que “No puedo entender cómo se concilia que haya 40% de pobreza y al mismo tiempo llevemos 37 meses consecutivos de creación de empleo registrado. Tenemos constatados que 1.300.000 puestos de trabajo fueron registrados en nuestro gobierno”.

Más pobreza

A diferencia del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), que mide la pobreza por ingresos, la medición del ODSA comprende seis dimensiones: alimentación y salud, vivienda digna, acceso educativos, acceso a servicios básicos, acceso a un medio ambiente saludable y empleo y seguridad social.

En tal sentido, las cifras de la nueva medición reflejan un crecimiento de los índices respecto al mismo trimestre de 2022, cuando la pobreza llegó al 43,1% y la indigencia al 8,1%.

El director del Observatorio, Agustín Salvia, indicó que para 2024 “se abre un escenario en el que la pobreza va a seguir aumentando, no de manera explosiva, sino en niveles similares al crecimiento que tuvo en los últimos dos años“, en un contexto que, como anticipó el presidente electo Javier Milei, coexistirán “una dinámica de alta inflación con el estancamiento económico”.

Estamos en presencia de una crisis que marca un fin de ciclo, gobierne quien gobierne”, sentenció en una rueda de prensa, en referencia a las dos décadas iniciadas en la “posconvertibilidad” en el que “se apostó más al equilibrio social fomentando el consumo que al crecimiento económico priorizando la inversión“, explica el documento.

La síntesis de ese proceso fue “un comienzo que fue próspero, a lo que le siguió un período de estancamiento y finalmente entró en franca decadencia”, señaló Salvia, quien agregó que “si esto sigue así, aumentarán los pobres a costa de una reducción de las clases medias“.

Sobre sus expectativas acerca del futuro gobierno de Javier Milei, advirtió que en el corto plazo habrá “un ajuste en los precios relativos” que incidirá negativamente en los niveles de pobreza e indigencia, mientras que en el mediano y largo plazo “no se sabe a dónde va a llegar, pero si es exitoso tiene la potencialidad de crecimiento“. Salvia sostuvo que “en el proceso, habrá una puja distributiva muy importante y los sectores más vulnerables deberán ser cuidados”.

Hay un consenso que algo se está haciendo muy mal y hay que cambiarlo“, aseguró Salvia, quien precisó que “si esto sigue así, habrá un aumento de nuevos pobres por descenso de clase medias bajas, pobreza más estructural y mayor dependencia de los pobres extremos y las clases bajas de la asistencia pública“.

Contención social

Salvia destacó la contención que representa la asistencia social y financiera para evitar un incremento aún mayor de los índices de pobreza e indigencia. “La pregunta no debe ser por qué hay tanta pobreza, sino por qué no ha sido superior, en un contexto de alta inflación y precariedad en el empleo”, expresó.

Al respecto, el ODSA presentó un ejercicio de simulación en el que estiman a cuánto ascenderían la pobreza y la indigencia sin algunas de las asistencias estatales. En ese caso la tasa observada de 9,6% para la indigencia treparía a:

  • 17,1% sin la Asignación Universal por Hijo (AUH) y otros programas.
  • 20,1% si además se excluyeran las pensiones no contributivas.
  • 11,3% sin bonos extraordinarios.

En tanto el 44,7% de pobreza ascendería al 47,9%, 49,1% y 46,6%, respectivamente.

El 35,9% de los hogares recibió alguna asistencia social en 2023, esto representa alrededor del 46,7% de las personas dentro del universo analizado“, precisó el Observatorio, que subrayó que “la asistencia social adquiere mayor relevancia en los estratos más bajos, con déficits educativos, en condición de pobreza y/o inseguridad alimentaria, así como en el conjunto de unidades domésticas con presencia de niños y niñas“.

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