Tres semanas pasaron desde que Ricardo Adrián Torres Narváez fue asesinado de un balazo en el pecho durante tiroteo en El AlgarrobalLas Heras. Los autores llegaron a bordo de un auto negro y dispararon contra la casa del hombre, donde también funciona un negocio tipo despensa. La esposa y un hijo de la víctima también resultaron heridos y lograron sobrevivir, transformándose en una pieza importante en la instrucción.

La causa que lidera la fiscal de Homicidios Claudia Ríos permanecía hasta este jueves sin detenidos, pero los detectives barajaban algunos nombres y analizaban dos hipótesis que surgieron desde el inicio de la investigación.

De acuerdo con fuentes policiales, la primera línea investigativa sostiene que los agresores buscaban a un personaje de la zona, apodado Pato. Ese hombre habría estado comprando en el comercio de la víctima y se retiró instantes antes de la llegada de los homicidas.

En ese sentido, los pesquisas creen que los atacantes tenían el dato de que el Pato se encontraba en ese lugar y cuando llegaron descargaron una infernal lluvia de balas contra la vivienda de la familia Torres.

Incluso, de acuerdo con los testimonios recolectados en la escena del crimen, antes de irse del negocio, el Pato había contado que hacía un ratito había ido a tirotear a unos individuos con los que estaba enemistado.

Por ese motivo, en un principio estimaban que Ricardo Torres y sus familiares “se comieron de arriba” la venganza que tenía como objetivo a otra persona. No obstante, con el paso de las horas esa versión se puso en duda.

Uno de los indicios que comenzaron a abrir una segunda línea investigativa fue que en el interior del inmueble que fue blanco de los disparos, se hallaron vainas servidas de un arma de fuego que no coincidían con la utilizada por los autores, revelaron las fuentes consultadas.

Asimismo, el personal de la Policía Científica dio con trozos de vidrio de un automóvil que, por sus características, podrían corresponder al vehículo en el que se trasladaban los atacantes, agregaron.

Debido a eso, no descartaban que haya existido fuego cruzado y que los testigos presenciales hayan omitido mencionar esa circunstancia.

Incluso, en su declaración, el hijo del hombre asesinado modificó el relato inicial que le había a los detectives en la escena, lo que aumentó las sospechas de que el ataque no sólo estaba dirigido al Pato, sino también a la familia Torres.

Otra pista que siguen los funcionarios que lideran la instrucción es el pasado delictivo de Ricardo Torres, quien tiene un no muy lejano pasado carcelario: en 2018 fue condenado a tres años de causa por una causa Correccional y al año siguiente le otorgaron la libertad condicional, de acuerdo con fuentes judiciales.

Anteriormente, también estuvo imputado por un robo, en un expediente de 2013 que fue archivado, y por una causa de Flagrancia, en la cual lo sentenciaron durante 2017, agregaron.

A eso se le sumó un dato que obtuvieron los investigadores durante los trabajos que se realizaron en la zona, el cual sostenía que todo se trató de un ajuste por tema de drogas y que Torres estaba involucrado en ese conflicto, señala la información policial a la que accedió El Sol.

Con todos esos elementos, en los últimos días se buscaba profundizar sobre esta última hipótesis, la cual comenzó a tomar fuerza y podría permitir avanzar en la causa y también sobre las identidades de los autores.

Feroz balacera

Fue cerca de las 23 del miércoles 24 de enero cuando Torres se encontraba junto a su esposa y sus hijos en su domicilio del barrio Jorge Newbery, ubicado en calles Río Juramento y Cabildo Abierto.

La familia había terminado de cenar minutos antes y estaba compartiendo una gaseosa en la vereda de la propiedad. En ese momento, un auto negro se frenó frente a ellos, dos sujetos descendieron y comenzaron a disparar sin mediar palabras, de acuerdo con el relato de las víctimas.

A raíz de eso, el padre de familia resultó con un balazo en el pecho; mientras que su esposa, de 42 años, recibió un disparo en la pierna derecha y su hijo, de 18, resultó con una fractura de tibia por el impacto de un plomo.

Personal del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC) que arribó a la escena confirmó el deceso de Torres y trasladó a los dos heridos en ambulancia hasta el Hospital Lagomaggiore, donde recibieron el alta días después.

Fuente: El Sol

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