Una fotografía tomada en la localidad de Mutquin, departamento Pomán en la provincia de Catamarza, se volvió viral debido a que en ella se ve una extraña silueta humana asociada al diablo, según indicaron los presentes. Esto sucedió mientras se llevaba a cabo la tradicional “quema del pujllay”.

En las últimas horas se hizo viral una fotografía en la que aparece “el diablo” bailando en las llamas del fuego. La imagen en cuestión, se vió reflejada en distintos celulares de las personas presentes en el tradicional ritual. 

“Estábamos reunidos mientras se hacia la quema del pujllay y como se puede ver en la foto, vimos en los celulares como aparecía el diablo bailando”, relató una mujer testigo del hecho. 

Una celebración legendaria

Cuenta la leyenda que Chaya era una muy bella jovencita india, que se enamoró perdidamente del Pujllay, joven alegre, pícaro y mujeriego que ignoró los requerimientos amorosos de la hermosa indiecita. Fue así como ella, al no ser debidamente correspondida, se internó en el monte a llorar sus penas y desventuras amorosas, desapareciendo en él para siempre. Desde entonces, suele retornar anualmente, hacia mediado del verano, del brazo de la Diosa Luna (Quilla), en forma de rocío o fina lluvia.

En tanto Pujllay, sabiéndose culpable de la desaparición de la joven india, sintió remordimiento y procedió a buscarla por todo el monte infructuosamente.

Tiempo después, enterado el joven del regreso de la joven a la tribu con la luna de febrero, volvió también al lugar para continuar la búsqueda. Pero fue inútil. Allí, la gente festejaba la anhelada cosecha y lo recibía con muecas de alegría; él, por su parte, entre la algarabía de los circunstantes, prosiguió la búsqueda y la indagación con profunda desesperación y resultados siempre negativos. Por ello, derrotado, terminó ahogando en chicha su soledad y su pasada fama de Don Juan. Hasta que estuvo muy ebrio, cayó en un fogón y murió quemado.

Desde ese entonces, “Chaya” viene en febrero año a año a apagar el fuego de “Pujllay”. Y cada año aparece el Pujllay, que muere al terminar el festejo, razón por la cual se lo entierra hasta el año que viene.

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