La banda perpetró —al menos— cinco asaltos durante la noche del sábado y la madrugada de este domingo en diversos puntos de Guaymallén. Integrada por cinco malvivientes, actuó con un claro objetivo: robar motos a punta de arma de fuego. Hubo alerta en diversas jurisdicciones del citado departamento y el desarrollo de un importante operativo cerrojo pasadas las 6, que permitió la captura de uno de los sospechosos de cometer el raid delictivo luego de una persecución.
De acuerdo con información a la que accedió El Sol, personal policial de la Subcomisaría Conde, la Comisaría 57º y Unidad Especial de Patrullaje (UEP), entre otros, logró recuperar todos los vehículos sustraídos y otros bienes de las víctimas. Entre ellas sufrió un atacaque un subcomisario que fue abordado con un arma de fuego.
El detenido, de 22 años, quedó complicado por una prenda de vestir que aportaron los testigos: una campera del club Boca Juniors.
La reconstrucción sostiene que la gavilla comenzó con los hechos durante la noche del viernes y los primeros minutos de este domingo. El CEO comenzó a recibir llamados por malvivientes que actuaban armados y atacaban en la vía pública.
Uno de los primeros asaltos sucedió en zona de El Sauce, cuando un joven circulaba en una moto azul 110cc fue abordado por un par de sujetos que lo hacían moto blanca. A punta de arma de fuego y amenazas, cortaron el paso luego de colocarse delante de él y le sustrajeron el rodado.
El accionar delictivo continuó y la banda, señalaron fuentes policiales, estaba cometiendo los atracos en diversas localidades guaymallinas. Tanto es así que una de las víctimas fue un subcomisario que también circulaba en moto en jurisdicción de Comisaría 31º, quien fue abordado a las 6 de este domingo y los delincuentes escaparon luego hacia el sector de la plaza de Murialdo.
En ese lugar atacaron a un grupo de menores para llevarse otra moto y escaparon hacia zona de Subcomisaría Conde.
Con todas las denuncias que se encontraban trabajando –a esa altura ya se habían registrado robos de una moto Benelli 150cc blanca, una Zanella RX 200 de ese mismo color, una Honda Wave 110 roja y una Zanella azul-, los efectivos iniciaron un operativo cerrojo para intentar capturar a los autores.
El dato más importante seguía siendo que uno de los ladrones armados llevaba una pistola negra con una campera de Boca. Así las cosas, se sumaron efectivos de las distintas áreas guaymallinas y minutos antes de las 7, una de las patrullas detectó a los malvivientes cerca del barrio 5 de Julio. Dos de ellos doblaron por calle Higuerita y los policías dieron la voz de alto.
Los sujetos coincidían con las características aportadas por las víctimas. Hicieron caso omiso y esto dio comienzo a una persecución. Dejaron una moto Benelli tirada sobre la calle, la que había sido sustraída minutos antes, y uno de ellos continuó huyendo con otra 110cc blanca con dirección al barrio Suyai. El otro escapó corriendo por calle Roca, pero los policías lo perdieron de vista cuando ingresó en un descampado.
A esa altura, las movilidades policiales se iban sumando para intentar frenar y reducir a los ladrones. Llegaron más uniformados y realizaron un rastrillaje por el predio.
Después de algunos minutos, hallaron el escondido de los bienes robados: dieron con tres motos denunciadas como robadas horas antes y continuaron con la búsqueda de los autores.
A unos 150 metros de ese lugar, uno de los policías observó al marcado malviviente que vestía la campera de Boca cruzando las vías del tren. Llevaba dos cascos en las manos y comenzó a correr cuando lo identificaron. Cuando lograron darle alcance, confirmaron que tenía 5 celulares y documentación de las víctimas a las que había asaltado previamente.
Si bien el resto de la banda logró escapar y no encontraron un arma de fuego, los efectivos descubrieron que tenían un escondite para ocultar los elementos sustraídos. Varios documentos y otros elementos estaban ocultos debajo de un auto en estado de abandono.
Fuente: El Sol
