El caso conocido como el Chacal del barrio Covimet finalmente quedará en una gran nebulosa. Estaba todo listo para que el hombre de 62 años sea juzgado por los abusos sexuales que habría cometido contra tres hermanitos que estaban a su cargo a mediados de la década del ’90, sin embargo sorpresivamente un juez declaró la prescripción de los hechos.
Este miércoles estaba previsto que se realice una audiencia preliminar, que es cuando la causa está elevada a juicio y se definen las pruebas que se van a ventilar en el debate. Sin embargo, el juez Rafael Escot declaró la prescripción de todos los delitos debido a que pasaron más de 12 años, decretó el sobreseimiento del sospechoso y quedó en libertad.
La decisión del magistrado llamó la atención ya que la discusión por la prescripción fue planteada por la defensa durante toda la etapa de investigación. Sin embargo, en distintas instancias varios magistrados coincidieron con la postura de la Fiscalía y los abogados de las víctimas. El argumento era que si bien los delitos no pueden ser imputados si ya pasó el plazo de prescripción -12 años en este caso-, la Convención de los Derechos del Niño establece que los delitos contra menores de edad son imprescriptibles. Incluso el 19 de febrero pasado una jueza confirmó la elevación a juicio del expediente bajo esa misma ideología penal.
El sospechoso estaba imputado por abuso sexual con acceso carnal en delito continuado y promoción a la corrupción de menores, todo agravado por ser encargado de la guarda y por la convivencia con un menor de 18 años. Bajo esta calificación arriesgaba una potencial condena de hasta 50 años de cárcel.
Tras la decisión que tomó el juez Rafael Escot, ahora comenzó a correr un plazo para que tanto el fiscal de Delitos Sexuales Flavio D’amore como el abogado querellante Sergio Salinas apelen esa decisión y defina la situación la Suprema Corte de Justicia.
Abuso sexual en Godoy Cruz
A mediados de los años ’90, cinco hermanitos de entre 1 y 8 años que estaban alojados en un hogar de la Dinadyf fueron asignados a una familia cuidadora. Quedaron a cargo de un matrimonio que residía en el barrio Covimet y allí vivieron durante varios años. Sin embargo, a mediados de octubre de 2019 y ya siendo mayores de edad denunciaron haber vivido un infierno en esa propiedad.
La hermana más grande fue la primera en denunciar una batería de abusos sexuales que habría sufrido por el hombre que estaba a su cargo. Ese mismo mes se sumó uno de sus hermanos y finalmente la más pequeña del grupo.
Los vejámenes habrían ocurrido hasta el 2003 y en varias partes del departamento donde vivían. En la habitación del matrimonio, en la pieza de los propios niños, en la cocina y en el baño. Las víctimas generalmente eran atacadas cuando estaban solas porque sus hermanos estaban jugando en la calle. Refirieron haber sufrido tocamientos y abuso sexuales con acceso carnal. Una de las denunciantes detalló que en una ocasión el hombre la hizo mirar mientras violaba a su hermanito y en otra instancia los obligó a tener relaciones entre ellos.
Como suele ocurrir en este tipo de casos, el agresor los amenazaba con separar al grupo de hermanos o “devolverlos” al Estado si es que alguno confesaba lo que ocurría en la casa del barrio Covimet. Tras las denuncias, la Fiscalía de Delitos Sexuales comenzó a recabar pruebas contra el sospechoso y terminó ordenando su detención el 7 de 2022.