Los mendocinos viven un derrumbe en la calidad de vida y el dato más dramático tiene que ver con lo que sufren las familias con menos ingresos. Casi el 14% de la población del Gran Mendoza no tiene los recursos necesarios para comprar los alimentos básicos cada día. Son casi 200 mil personas, solo en el Gran Mendoza. Ese es el dato más fuerte de la información brindada por el INDEC sobre los índices de pobreza e indigencia de Argentina. En la provincia casi se triplicó la cantidad de personas que no tienen para comer correctamente en un año, además de que casi la mitad de la población vive en condiciones de pobreza.
Los datos reflejan la situación a diciembre del 2023. Es una radiografía social vieja y todo indica que la situación real es peor, pues en enero (devaluación mediante) la inflación y el costo de vida se dispararon y los ingresos de las personas estuvieron casi congelados, sobre todo los del 40% de la población económicamente activa que realiza tareas informales. Aún así, el dato del INDEC sirve para analizar ciclos políticos relevantes.
Que Argentina tenga 41% de pobreza y Mendoza el 47% es el dato más ilustrativo de la herencia que dejó el kirchnerismo en los 16 años que estuvo en el poder, con el agregado del nocivo proceso económico y social que tuvo Mauricio Macri entre 2015 y 2019. No hubo década ganada, como pregonaba Cristina Fernández de Kirchner y tampoco se eliminó la pobreza como irresponsablemente había prometido el fundador del Pro. En Mendoza también hubo procesos extensos. En diciembre terminó el gobierno de Rodolfo Suarez, que terminó con los peores indicadores sociales desde la salida de la crisis del 2001. Más allá de los condicionamientos nacionales, el exgobernador y todo Cambia Mendoza no lograron generar condiciones que mejoren la calidad de vida de los mendocinos. Incluso la Provincia tiene los peores indicadores de la región.
Las imágenes de la nueva realidad social rompen estigmas. Las familias pobres no están solamente en los barrios populares. Es que se agregan también personas con trabajos e ingresos estables a los que no les alcanza y que sufren también la angustia de “ya no poder”.
Deterioro
En el segundo semestre del 2022 el 5% de los mendocinos tenían ingresos tan bajos que no podían comprar los alimentos necesarios para sus familias. En diciembre del año pasado ya eran el 13,9% de las personas las que vivían en esa situación, solo considerando el área urbana del Gran Mendoza. Detrás del índice hay datos muchos más cercanos a la realidad. Para calcularlo, se usa la información de la canasta básica alimentaria, un cálculo que mide las “necesidades calóricas” (alimentos) que necesita cada persona para vivir y el costo que tienen esos alimentos. En diciembre del año pasado una familia de 4 personas necesitaba ingresos por al menos 200 mil pesos para cubrirla. En la vida cotidiana todos saben que incluso ese cálculo es conservador, pues los costos reales de algunos alimentos eran superiores.
Fuente: MDZ