Los datos corresponden a los recién nacidos con test positivo de cocaína de abril del 2023 a abril del 2024. Duplica los casos del 2022.
Esta semana el caso de un niño de cuatro años que fue internado por excitación motriz volvió a dejar en evidencia el drama de la niñez y de los bebés recién nacidos cuyas madres consumen cocaína y traspasan la droga en la gestación o en la lactancia.
Según datos del Ministerio de Educación, Cultura e Infancias entre abril del 2023 y el mismo mes de este año, 120 infantes dieron positivo por cocaína en la pesquisa temprana que se realiza luego del alumbramiento en todos los hospitales públicos y privados de Mendoza.
Al compararlo con el año anterior, refleja que hay un crecimiento del consumo de drogas en el embarazo y también durante la lactancia. En 2022 se registraron 60 pequeños tóxicos positivos en cocaína.
El abordaje de los bebés y niños tóxicos positivos se hace en conjunto entre Subsecretaría de Infancias, Adolescencias y Juventudes y el Ministerio de Salud y Deportes y se analiza el caso concreto para establecer si la madre es capaz de hacerse cargo de la crianza del niño, o bien alguno de los padres o si hay que buscar en la red familiar otra figura.
La subsecretaria de Infancias, Adolescencias y Juventudes, Verónica Álvarez Ocampo advirtió a UNO que no en todos los casos se separa a la madre del bebé, sino sólo en los que no puede cuidar a su hijo por su problemática de consumo y durante el período 2023-2024 en un solo caso hubo una medida de excepción, que es cuando a través de un juez de Familia se retira al menor de ese ámbito.
Hospital Notti.
“Es un problema que se da con mayor frecuencia, vemos los números en aumento y es un problema que debe involucrar a todos los sectores de la sociedad. Desde los profesionales de la salud, la escuela, la familia. La estrategia de Mendoza de la pesquisa temprana en el nacimiento nos permite tener este control, pero en el seguimiento del embarazo también podríamos evitar esta situación de tanta gravedad para el desarrollo del niño”, analizó Álvarez Ocampo.
Embarazadas adictas a la cocaína se tratan en los 9 centros asistenciales de Mendoza
A través de la Dirección de Maternidad del Ministerio de Salud de Mendoza se lleva la estadística de las personas gestantes con consumos de sustancias y se hace el seguimiento interdisciplinario con la coordinación del Plan Provincial de Adicciones, dependiente de la Dirección de Salud Mental. Luego de una evaluación se aconseja el tratamiento ambulatorio y si es necesario la internación.
“Estamos advirtiendo un aumento en el consumo de sustancias, principalmente de la cocaína. Hace unos años era más frecuente verlo en sectores sociales de mayor poder adquisitivo. Hay una masividad en el uso de esta sustancia y lo estamos viendo en edades cada vez más tempranas”, explicó la coordinadora del Plan Provincial de Adicciones Marta Hintuchi.
El consumo de drogas en embarazadas es monitoreado por el Ministerio de Salud. Hay casos en los que la paciente no lo informa y cuando nace el bebé tiene cocaína en la sangre.
La profesional analizó que los detonantes son la crisis económica y también la situación de aislamiento que se dio en la pandemia.
“La demanda en estos 9 centros de asistencia en adicciones también va en aumento y nos pone en la necesidad de ampliar la cobertura del Estado porque el tratamiento es muy costoso y las personas que no tienen cobertura médica no lo pueden afrontar”, reconoció Hintuchi.
En el caso de las embarazadas, de acuerdo al grado de compulsión al consumo de cocaína se resuelve la internación o que continúe con el tratamiento ambulatorio.
Signos de alerta al consumo de drogas y centros de asistencia en Mendoza
Tanto Álvarez Ocampo de la Subsecretaría de Infancias, Adolescencias y Juventudes, como Hintuchi coincidieron en que todos los efectores públicos y privados deben estar alertas a estas situaciones y evitar que el consumo de estupefacientes o de alcohol se continúe en el embarazo.
“En la consulta médica, en la análitica, en la familia, en el centro de salud se puede llegar antes. Debemos empezar a estar más atentos para evitar los daños que produce el consumo al desarrollo del bebé y a esa mamá que muchas veces no quiere decir que consume sustancias”, reclamó Ocampo.
A lo que Hintuchi sumó: “Contamos con los con los dispositivos y los centros de ayuda para acompañar a estas personas que tienen un consumo problemático. Tenemos a disposición la Línea 148 opción 0, que funciona de 8 a 20 con asistencia telefónica y es totalmente anónimo para realizar las derivaciones que hagan falta”.
“Muchas veces las personas gestantes están atravesadas por mandatos sociales por la responsabilidad que implica traer una vida al mundo, pero su relación con las drogas muestra otro costado de esta personalidad que muchos no pueden controlar y se sienten muy culpables”, sostuvo la especialista marcando un punto crucial para su contención y asistencia.
Cada vez hay más consultas por niños con cocaína en sangre
El jefe del Departamento de Toxicología de Mendoza, Sergio Saracco alertó sobre los riesgos de los consumo de cocaína durante la gestación o la lactancia y las consecuencias para el desarrollo del niño.
“Esta es una realidad que la venimos viendo que es progresiva y se va traduciendo en lo cotidiano. Los efectores nos consultan o a veces nos requieren de la Justicia”, indicó Saracco .
Y cuestionó: “No hay información adecuada y prevención de hacer entender a aquellos que están expuestos a una sustancia legal o ilegal, alcohol o cocaína o marihuana, que esas sustancias tienen propiedades que hacen que se distribuya en todo el organismo. En el caso de mediar un embarazo esta distribución pasa al feto que está en desarrollo o se secreta en la leche materna”.
El especialista a cargo del Centro de Información Toxicológica describió que las sustancia psicoactivas son hidro y liposolubles que es lo que favorece la absorción, “y la leche materna es un vehículo favorable para que se absorba en el aparato digestivo del niño que está lactando”.
“El impacto en el organismo de un niño es mucho mayor que en el del adulto, en donde el peso es menor”, recalcó.
Uno de los aparatos en los que se genera mayor daño por la presencia de droga es el neurológico porque está en plena formación.
Saracco subrayó que,”en los consensos internacionales no hay duda de que en el embarazo, alcohol ni una gota, ni consumo de ningún tipo de drogas y por eso se incluyó en las etiquetas de vino que está prohibido el consumo en embarazadas porque daña el sistema nervioso central del bebé. Por encima de los 18 años, concluyó el desarrollo madurativo del cerebro y allí tenemos otros impactos”.