El neomenemismo, un fenómeno que surgió en las redes sociales -especialmente entre jóvenes menores de 30 años-, le dio al presidente Javier Milei la oportunidad de revivir una épica nostálgica, salpicada de anécdotas de café. Aquí, una primera aproximación al rescate de Carlos Saúl Menem que hacen algunos jóvenes mendocinos.
¿Dónde están los puentes entre Carlos y Javier? La melancolía, de historias de boca en boca -ya que ninguno vivió la etapa menemista-, por un periodo de “estabilidad“, fue capitalizada, según ellos, por el libertario, quien en los últimos días colocó el busto del expresidente Menem en el Hall de Honor de la Casa Rosada, donde antes estaba el del exmandatario Néstor Kirchner.
No es lo único que hizo Milei. También aseguró en reiteradas ocasiones que “Menem fue el mejor presidente desde la vuelta de la democracia”.
“Cuando era niño, jugaba a ser Menem con una Ferrari y le pedía al peluquero que me haga el corte de él” (Pujol)
Luis Pujol, hijo del reconocido médico peronista Jorge Pujol.
“A los jóvenes nos llevó a ser nostálgicos de los tiempos de Menem el hecho de que no tenemos recuerdos de vivir sin inflación. Siempre nos pareció caro comprar bienes importados. En tiempos de Menem, la inflación no era un problema, y el acceso a la vivienda era más sencillo”, afirmó Luis Pujol, hijo del médico Jorge Pujol, conocido en los círculos del peronismo mendocino.
Valentina Zenocratti, una de las menemistas, junto al presidente Javier Milei.
Y esta cuestión, según ellos, la viene a revivir el presidente. “Menem, en su momento, llamaba a su plan económico ‘economía popular de mercado‘, algo que es exactamente lo mismo que hace Milei, abrir la economía y fomentar las libertades individuales”, señaló Valentina Zenocratti, una de las voces femeninas de este fenómeno. Los paralelismos son bastante claros, acotó.
Son jóvenes, la mayoría está en la universidad o transitando sus primeros años en el mundo laboral. Apuestan por Menem, no solo por la estética —la Ferrari roja, la Fórmula 1, su carisma frente a las cámaras—, sino también por lo que ellos mismos expresan como la “melancolía” de los últimos recuerdos de un país sin inflación y que, según ellos, se caracterizó por ser un período de estabilidad.
La Ferrari 348 TB modelo 1990 de color rojo que manejaba Carlos Saúl Menem.
Foto: Gentileza
También por el “glamour de la época“, otra de las virtudes que añoran. “Yo tengo esta idea liberal y cuando se ejecutaron, el presidente se sacaba fotos junto con los Rolling Stones, ¿entendés? También va por el lado del carisma que tenía o la estética que tenía”, dijo por su parte Juan Cruz Giménez, dirigente de la organización universitaria mileísta, Unión para la Apertura Universitaria (UPAU).
Juan Cruz Giménez en la sede del Partido Demócrata de Ciudad.
“Quiero salir de vacaciones, disfrutar afuera. Veo que mis amigos de repente van a otros países, donde se gana 4.000 dólares en Estados Unidos, 2.000 dólares en Europa, y decís qué pobres estamos. Antes el salario promedio era de 1.500 dólares. Y fue con Menem“, continuó ampliando la mirada de este fenómeno.
A su turno, Valentina Zenocratti afirmó que “el acercamiento a la figura de Menem es el conocimiento, en mi caso, a través de mi padre”.
“Mi padre vivió en los ’90, siempre contó cómo era vivir en los ’90, que fue el mejor gobierno que tuvimos desde la vuelta de la democracia”, aseguró.
Carlos Menem, un ídolo que se popularizó entre los jóvenes por anécdotas familiares
El caso más cercano a vivir la década menemista es el de Pujol. Aunque no tiene ningún recuerdo porque estaba en su niñez, cuenta que “jugaba a ser Menem con una Ferrari en la Shell y le pedía al peluquero que me haga el corte de él”.
Carlos Saúl Menem jugando al golf.
“Lo que vimos es que hay una manera de ir al frente, ser canchero, no ser un político alejado de la realidad, sino estar cerca de los eventos culturales. Por ejemplo, el deporte, cuestiones del espectáculo; no ser tan sobrio como eran los presidentes antes, sino romper con eso; un tipo que retrucaba los chistes“, explicó Pujol.
En los recuerdos que tiene, siempre enlazados con anécdotas familiares, explicó que el apoyo a Menem proviene, sobre todo, del hecho de escuchar “que nuestros padres se iban de vacaciones a Miami todos los años. O mi abuelo tenía una casa acá y otra en Chile“, detalló, y no dejó pasar la típica frase instalada en la jerga argentina: “Con Menem me hice la casa“.
Juan Cruz Giménez aportó: “En mi caso particular, mis padres sacaron un crédito hipotecario y la casa que tengo hoy es consecuencia de eso”.
Según Giménez, la gente se podía ir de vacaciones afuera, tenía estabilidad, créditos hipotecarios y una economía pujante.
Ser cercanos al peronismo pero liberales no es una contradicción para ellos
–¿Las 20 verdades te parecen liberales?
Pujol- Totalmente. Por ejemplo, la verdad número 5 de Perón dice el único tipo de hombre es el que trabaja. Y que se deberían por lo menos ganar el sustento. Eso me parece increíblemente liberal. Muchas cuestiones me parecen muy liberales de las 20 verdades. Yo no encuentro una gran contradicción en ese sentido.
Se puede hacer un liberalismo no gorila. O decir, pará, el peronismo no es que esté en contra del capitalismo. El segundo gobierno de Perón iba en esa dirección, y antes de morir él quería hacer una reunión con Nixon. Es más: echó a los montoneros de la plaza.
Para mí ser gorila es ser anti-peronista, y no importa si los peronistas hacen cosas buenas o malas, estás en contra y yo me pregunto, ¿por qué no puedo agarrar y hablar bien de Carlos Menem?
Figuritas que los jóvenes mendocinos del neomenemismo pegaron por toda la ciudad en reivindicación del expresidente.
En una perspectiva similar, Valentina aseguró que “el radicalismo es muy gorila; todo lo que hace el peronismo está mal y todo lo que hacen ellos está bien, generando una polarización muy grande“, agregó.
Según ella, si vemos los números de Menem en términos de calidad de vida, fue un gran gobierno y fue peronista.
Básicamente, “odiar al peronismo es ser gorila“, cerró.
La práxis del peronismo
Lo que rescatan del peronismo, conforme a lo que ellos creen, es que tiene una estructura fuerte -sobre todo muy política- que le permite ganar elecciones, o al menos mantenerse en la arena cuando pierden. Tiene un modo de ejecución política y un modo de praxis política que claramente -de acuerdo a las palabras de Pujol- es superior al resto de los partidos.
“En Argentina la regla, al menos en la democracia, es que gobierna el peronismo. Entonces yo creo que cuando se combina la ideología liberal con la praxis justicialista, te sale un gobierno como el de Menem”, aseguró, por otro lado, Giménez.
Cómo empezó la moda menemista entre estos jóvenes
Todo comenzó casi como una tribu urbana, incluso como un chiste: chicos que subían fotos de Menem por diversión, sobre todo porque tenía una impronta más mediática, con la Ferrari, el champagne. Esto mencionado por ellos mismos. Lo que terminó convirtiéndose en un fenómeno, de peronistas o “no gorilas” que se decantaron por Milei e incluso militando activamente en La Libertad Avanza.
“Hace por lo menos unos 8 años, hubo un revisionismo de Menem donde se empezó, al principio como un chiste, como una nostalgia menemista por los últimos recuerdos de una economía capitalista bien vivida por cierta gente”, detalló Pujol.
Carlos Saúl Menem junto al grupo de rock The Rolling Stones.
Foto: Gentileza
Incluso varios de ellos aseguraron que provienen del Partido Justicialista.
“Nosotros reivindicamos las fases más procapitalistas del peronismo, es decir, cuestiones que surgen a partir del segundo mandato de Perón, y sobre todo, a Menem”, aseguró Luis.
Si la juventud busca algo, explicó Juan Cruz, el militante de UPAU, es estabilidad económica. “Y la promesa de Milei es esa. Salir de este esquema, y esperamos que una vez que se hagan ciertos procesos, va a empezar a entrar una tendencia, una estabilidad macro como la de Menem.
Las redes sociales motorizaron el discurso de que otros viven mejor y querer parecerse a ellos
Internet y, sobre todo, la llegada de las redes sociales y su masificación marcaron un quiebre para la juventud. Lo determinante fue la posibilidad de ver en tiempo real videos de personas que viven en el primer mundo, explicó Pujol.
“Creo que es la juventud; ve todo el tiempo afuera, está conectada a internet y compara todo el tiempo, y quiere un poco de esa estabilidad”, remarcó.
“Cuando entrás en YouTube o en TikTok, tenés la posibilidad de ver a personas comunes y corrientes de cualquier país y podés ver cómo vive un chino, un brasileño. Entonces, empezás a comparar los estándares de vida”, explicó Giménez.
“Y cuando ves que un chileno, literalmente, puede comprarse una Play 5 de la nada, o un brasileño también, o un paraguayo que consigue tecnología a mitad de precio, entonces te preguntás por qué en otros lugares sí, y acá no”, planteó Giménez.
“Y estamos hablando de cosas normales, ropa, o un auto”. Según Giménez, “un joven de 20 años en Chile se puede comprar un vehículo, esto acá no existe”.
“Que no haya un Apple Store, que directamente ni siquiera tengamos esas posibilidades, hace que te preguntes si no nos estaremos perdiendo algo. De repente ves en internet que tienen los Tesla, tienen el último gadget tecnológico que acá ni siquiera aparece, y decís ¿por qué no está? Sí, no está porque lo traba la AFIP; o sí, pero tenés que pagarla cuatro veces más que mi tío que se lo compró en Miami, o no sé qué. Che, ¿no nos estaremos quedando un poco?”, reflexionó Giménez.
Según los neomenemistas los datos negativos de Menem se pueden rebatir
Quizás una de las mayores críticas a la década de los ’90 fue la alta cantidad de desempleo, consecuencia del cierre de fábricas. Este argumento, que es una forma de percibir el menemismo, es rebatible, según Pujol.
“Si bien hubo desempleo, también hubo un crecimiento del PBI muy alto en esa época. No estoy seguro de que el empleo registrado en ese momento fuera tan alto como indicaban las estadísticas”, argumentó.
“No sabemos si los datos estaban tan bien antes como ahora“, continuó.
Cómo nace el neomenemismo: la impronta de Maslatón
Este fenómeno social que emergió en las redes sociales tuvo varios responsables, según ellos, en primer lugar el abogado financiero y panelista de programas de espectáculos, Carlos Maslatón. “Los chicos lo conocemos a Carlos. Teníamos mucho contacto”
Luis Pujol junto a Carlos Maslatón, abogado financiero y panelista de programas de televisión.
“Maslatón subió a un ring, no principal, pero sí importante, a Milei, es el primero que le hace las notas de radio y lo pone como panelista toda la semana y recién después aparece en otros programas”, explicó Pujol.
Después hay influencers.”Influencers, que de alguna manera invocaron a este neomenemismo. Está sin ir más lejos una cuenta que se llama Ziberial en Twitter“.
Ahí arrancamos, y empezamos a decir “juntemos fotos de Menem haciendo cosas. A ver quien encuentra la foto más raras de Menem y era entonces divertido. Y empezaron a aparecer cuentas que reivindican literalmente a Carlos Menem, otras que sin querer, subiendo memes de Menem y cosas así, quedaron relacionadas”.
“Y se fue armando una movida y nos decíamos: ‘a lo mejor es verdad que todo tiempo pasado fue mejor'”, cerró.