El dato lo confirma Amena (Asociación Mendocina de Expendedores de Nafta y Afines), que nuclea a casi 250 estaciones en toda la provincia, las cuales emplean en promedio a unos 20 trabajadores. Estimativamente, cerca del 50% se plegó a la decisión de atender sólo de día, en tanto que algunas se inclinan por mantener guardias mínimas de una o dos personas por turno.

“En realidad existen dos factores por los que las estaciones se volcaron a dejar de trabajar por las noches: porque prácticamente no hay ventas y también por seguridad”, explica Domingo Franchetti, presidente de Amena.

A criterio de algunos empresarios, la antesala de la drástica medida fue la restricción que afectó a los centros de compra anexos a la mayoría de las bocas de expendio, y que pasaron de vender productos sólo “para llevar” en muchos casos hasta las 18 o bajar persianas tiempo completo.

Para Guillermo Flamarique, propietario de una Shell en Ciudad “cayeron las ventas, pero el márgen de contribución por litro y el costo laboral del 80% se mantiene. Como recortar ese porcentaje implica dejar gente en la calle, por ahora nos manejamos con solo 2 personas de noche y a todos les recomiendo que sean austeros”.

Las largas colas de autos a la espera de cargar que se formaban hasta marzo son un recuerdo lejano: la boca de expendio fluctúa entre el 10 y 15% de los 20 mil litros diarios de combustible que solía comercializar. Por eso Flamarique asume que, al margen de de que se flexibilice la cuarentena obligatoria tras Semana Santa, “será difícil que éste año volvamos al mismo nivel“.

Estrategias

En la estación Dapsa (ex Oil) de Minuzzi y Costanera, de Godoy Cruz, trabajan 15 personas. Es uno de los casos que ilustra la situación, ya que su mercado permanece cerrado y de sus 8 bombas sólo se mantienen momentáneamente abiertas 2, una para GNC y otra de combustibles líquidos.

Los muchachos vienen en turnos de a uno, porque pese a vender un 85 a 95% menos tampoco se puede apagar las luces y liquidar 95% menos sueldos”, detalla su responsable, Octavio D’Ascanio.

Quienes comercializan combustibles saben que la semana previa a Pascuas será crucial. Es que además de tener que pagar salarios, algunos se preparan para renegociar condiciones con las petroleras que los abastecen más allá de que la rotación de stocks sea ínfima o esté frenada.

Al respecto, Franchetti asegura que “las formas y plazos de pago se modificaron. Ya empezó a reconfigurarse la relación con los proveedores, porque hay que capear los próximos sesenta días, que serán críticos”.

La estrategia, si la hay, es mantenerse a flote conforme poco a poco la  salud, y de la mano la economía, vuelvan a tomar color. “Veremos después del 13 qué pasa con esta situación, pero si vamos a salir juntos tendríamos que poner el hombro todos, incluidos los bancos, con créditos a tasa cero por ejemplo”, analiza D’Ascanio, quien también espera “un gesto del Gobierno” en cuanto a impuestos como Ingresos Brutos mientras la crisis no se supere.

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