Un país entero ansía ver a Lionel Messi levantando el tan ansiado trofeo que en 2014 estuvo tan cerca de ser suyo. Esta oportunidad es la revancha de ese fatídico 13 de julio que ocho años atrás rompió la ilusión futbolera de toda una nación. Los argentinos vivimos con una inmensa pasión este evento que mueve al mundo.

Sin embargo, a la par de la emoción y excitación por el fútbol, también aparecen algunas consecuencias en la salud, sobre todo en aquellos hinchas pasionales. Un dato interesante a tener en cuenta es un estudio publicado en el New England Journal of Medicine descubrió que mirar un partido de fútbol estresante duplica el riesgo de tener un ACV.

Los investigadores observaron los datos de los hospitales de Múnich durante los partidos de la Copa del Mundo de 2006 que se celebraron en Alemania. Notaron que el número de emergencias cardíacas se duplicaba cuando Alemania jugaba partidos en el Mundial a diferencia de los días en los que no lo hacía.

La medicina denomina “Síndrome de Abreu” al síndrome coronario agudo (angina inestable, infarto agudo de miocardio) desencadenado por el estrés emocional que genera un evento deportivo.

El mismo fue descripto por investigadores uruguayos, a raíz de una paciente de 39 años, tabaquista severa, que se presentó en la guardia, con un infarto agudo de miocardio (IAM) de 40 minutos de evolución, desencadenado por el estrés emocional producido mientras miraba por televisión el partido de cuartos de final del Mundial de Fútbol de 2010, que tuvo lugar en Sudáfrica.

Ese partido fue fundamental para denominar a este malestar ya que dicho evento deportivo se definió por penales, en los que ganó Uruguay gracias al célebre gol del jugador Sebastián “El loco” Abreu, en el que picó la pelota, conquistó el encuentro y, en consecuencia, logró el pase a semifinales del seleccionado uruguayo.

Inmediatamente, luego del gol y de la victoria, -como consecuencia del partido- la paciente presentó un dolor retroesternal, opresivo, intenso, con irradiación al miembro superior izquierdo.

Tras este cuadro de salud que presentó, la paciente fue evaluada en su domicilio, por un médico de ambulancia, que le realizó un electrocardiograma de urgencia y que mostró un resultado compatible con un infarto de corazón en curso, razón por la cual necesitaba tratamiento de emergencia.

La paciente fue trasladada al servicio de Hemodinamia, en donde se detectó una lesión severa, en la arteria coronaria principal del corazón, que se resolvió con la colocación de un stent para “abrirla”.

El gatillador más importante de un evento cardiovascular inducido por estrés emocional no sólo puede ser el resultado del partido, como ganar o perder, sino la intensidad, la emoción, la expectativa generada durante su desarrollo y la posibilidad de un final dramático como una definición por penales. Por eso, frente a factores de riesgo, siempre hay que consultar con el médico cardiólogo.

*Dr. Marcelo Nahin, médico especialista en cirugía cardiovascular, jefe de cirugía cardiovascular del Hospital El Cruce.

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