Tras la palabra de Oscar Rossi, el padre de Julieta Rossi, la novia de Fernando Báez Sosa, comenzaron a declarar los diez amigos del joven asesinado que estarán hoy en la audiencia. El primero fue Lucas Filardi.

“Le pegaron patadas, había cuatro o cinco personas pegándole”, aseveró el testigo, que se encontraba con Fernando en el momento del ataque y quien contó que los acusados también se violentaron con él. Debido a los golpes, sostuvo incluso que cayó arriba de un auto. “Creería que fue Luciano Pertossi quien me pegó a mí”, sumó más tarde y añadió: “Después lo pensás y fue un segundo”.

Luego, Filardi ubicó dónde estaba cuando ocurrió el crimen, con indicaciones sobre una foto que proyectaron en una pantalla. Seguro de que hubo “patadas en el pecho y en la cabeza” de Fernando, su amigo insistió: “Fue un instante en que vino gente gritando y le pegaron. Se cayó al piso, y ahí fueron patadas y piñas. No hubo acto de defensa”.

“La primera piña fue dirigida a Fernando, fue una piña muy fuerte a la cara, directo a la cara para desestabilizarlo. Fue repentina. Una piña muy fuerte a la cara”, reveló el joven.

“¿Fernando podía estar esperando un golpe?”, preguntó Fernando Burlando, abogado de la familia Báez Sosa. “No”, fue la respuesta del testigo, que agregó: “No estaba esperando una piña”. Entonces, también contó el rol que tuvo él: “Dije que paren y se ensañaron conmigo”. Seguidamente, Burlando le hizo reproducir cómo fueron las patadas.

Además, el testigo tuvo que representar cómo cayó Fernando en el piso mientras le pegaban. Pese a que el letrado de los acusados, Hugo Tomei, se opuso, la situación se graficó igual porque el tribunal hizo lugar.

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