Incendios subterráneos volvieron a hacerse presente en la zona de Kilómetro 8, en Guaymallén. Esta vez, la víctima fue un niño de 2 años, que cayó en una grieta y sufrió quemaduras en sus pies y los dedos de la mano, según contaron los lugareños.

Vecinos denunciaron que el humo es permanente, y así lo pudo corroborar Radio Nihuil haciéndose presente en el lugar. “Se está prendiendo fuego por todos lados. Necesitamos que se busque una solución porque nos está perjudicando la salud”, aseguró Rosa Flores, abuela del niño quemado.

“Pedimos la colaboración de la Municipalidad de Guaymallén, Defensa Civil y el Gobierno de Mendoza porque se han detectado nuevas farolas y se van propagando los incendios hacia las viviendas”, dijo Simón Díaz, otro de los vecinos del lugar.

Un niño de dos años cayó en una grieta provocada por incendios subterráneos y sufrió quemaduras. Foto: Matías Pascualetti

Según advirtieron, ya una familia debió abandonar su vivienda y hay otra que se está hundiendo porque el terreno va cediendo al ser consumido por los incendios.

Qué son los incendios subterráneos que volvieron a atacar en Guaymallén

Este extraño fenómeno impide no solo los trabajos de construcción en la zona, sino que pone en peligro las edificaciones existentes y la salud de los vecinos: la tierra toma una temperatura tan alta que provoca pequeños focos de incendio de los que surge humo.

“Empezaron el año pasado en un terreno de entre 70 y 80 metros”, recordó el vecino Díaz sobre los que se produjeron en el barrio Silvano Rodríguez. “Los incendios -que en aquel momento fueron combativos por un privado- cruzaron la calle Superiora y se vinieron hacia el Este”, contó sobre el resurgimiento del conflicto.

Las construcciones sufren consecuencias. Los terrenos se hunden por culpa de los incendios subterráneos. Foto: Matías Pascualetti.

El director de Defensa Civil de la provincia, Daniel Burrieza, explicó entonces que aquellas tierras se pensaron para cultivo pero que los mismos no prosperaban porque eran demasiado húmedas.

Con el tiempo, el dueño del lugar loteó el terreno para realizar un barrio. Pero tampoco obtuvo buenos resultados porque esa humedad de la tierra no permitió edificar sin que las construcciones sufrieran sus efectos.

Fue entonces, según explicó Burrieza, que en busca de detener esa humedad, se realizaron limpiezas con fuego para secar los terrenos.

Ese fuego ha encontrado en la turba material orgánico con el que seguir alimentándose y se ha propagado en distintas direcciones, pero en forma subterránea, llegando hasta las viejas hijuelas de Irrigación, actualmente abandonadas porque en esas tierras ya no se cultiva.

“No es rarísimo” lo que ocurre, dijo Burrieza: el fuego alcanza materia para seguir alimentándose y se produce una combustión incandescente.

Que se expanda erráticamente y se produjeran grietas son efectos comunes en este tipo de incendios subterráneos. Diario UNO ya explicó que las grietas se producen por la propia gasificación de la combustión. Y que lo que los vuelve muy difíciles de manejar es que los incendios no tienen un epicentro ni un foco definido. Se pueden apagar en un lugar, pero mutar hacia otra dirección, como pasó en este caso.

Así se ve un incendio subterráneo en el Kilómetro 8 de Guaymallén

La pata política de los incendios subterráneos

El senador provincial del Frente de Todos Rafael Moyano, quien tiene intenciones de pelear por la intendencia de Guaymallén expuso la cuestión en sus redes.

“Es necesario que el Estado intervenga y prevea con acciones vinculantes con las universidades y con los científicos estas situaciones y se apliquen en un programa serio de organización del territorio, pero además intervenir ante acciones desaprensivas en lo ambiental”, opinó el legislador.

“El terreno hace un efecto horno que llega a los 1000 c. Estos incendios son los más difíciles de apagar. Hace meses que los vecinos vienen pidiendo ayuda con esta situación: al principio los medios lo cubrieron y hubo algunas acciones pero después pasada la noticia, el Gobierno se olvidó”, se quejó.

Moyano advirtió que además en la zona hay mucha inseguridad y que es por ello que presentará en el Senado para que se instale una subcomisaría: “Paradójicamente cuando estábamos en la reunión en plena calle llegó la Policía a averiguar qué hacíamos. Los vecinos decían que menos mal que fuimos porque la Policía aquí no viene nunca”.

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