Hace poco más de un mes, una guerra de bandas se desató en el barrio La Gloria, ubicado en una de las zonas más calientes de Godoy Cruz, en las inmediaciones de la triple frontera con Luján y Maipú.
Se trata de grupos delictivos que operan entres las manzanas K, L y M, consideradas de las más peligrosas del popular complejo habitacional. Situadas hacia el oeste de calle Vélez Sársfield, entre Puerto Argentino y Puerto Concepción, suelen tener base temidas organizaciones familiares que desde hace años se disputan el dominio en ese sector.
Pero más allá de esa simple pugna por el poder o por determinar “quien tiene más aguante”, algunas de las gavillas también se disputan el territorio de la venta de drogas.
Justamente, ese sector del La Gloria es el más visitado por los consumidores de estupefacientes que se atreven a entrar allí. Es que parece ser terreno fértil para la proliferación de los famosos quiosquitos, que por lo general se dedican a venta de cocaína y marihuana en pequeñas cantidades.
En el último tiempo, dos familias con apellidos de renombre protagonizaron fuertes enfrentamientos en el barrio: los Gómez y los Miraval, tal como se desprende de los últimos hechos ocurridos, sostienen fuentes investigativas.
Los primeros dominan la manzana M, mientras que los otros tiene base en la K. Ambas cuadras están separadas por la manzana L, que funciona como una suerte de zona neutra.
Aparentemente, la paz entre ambas facciones se rompió porque “soldaditos” de los Miraval comenzaron a vender al menudeo cerca del domicilio de los Gómez, señalaron los testigos que fueron consultados por El Sol.
Esa situación generó a mediados de febrero, precisamente la noche del sábado 11, una serie de enfrentamientos que dejaron varios heridos en los dos bandos. De los hechos poco se sabía. Dos de las víctimas fueron chicas de 19 años que, más allá de un lazo familiar con los protagonistas de los tiroteos, poco tenían que ver con el conflicto.
Ambas sufrieron lesiones de gravedad: a Guadalupe Vargas le quedó un proyectil alojado en la nuca y la peor parte se la llevó Magalí Claudia Gómez, a quien le ingresó un plomo por un ojo, sufrió severos daños en el sistema visual y terminó perdiendo la vista.
La información policial sostiene que la joven es hija de Claudio Rafael Gómez, alias el Kin, conocido por ser hermano de Omar el Tanga Gómez, condenado a prisión perpetua por el golpe al blindado de la bolsa de comercio de Godoy Cruz y posterior crimen de Matías Quiroga sobre calle Guido Spano en marzo del 2012, uno de los hechos de inseguridad más impactantes de los últimos años en Mendoza.
Además, el hermano de la víctima es Víctor Uriel el Quesito Gómez, sindicado por otra de las balaceras que se registraron esa misma noche en La Gloria y que dejó a un chico de 22 años lesionado en una pierna. Detectives de la zona aseguraron que fue a modo de venganza por el ataque contra su hermana.
El Quesito también fue detenido en junio de 2020 por el crimen de Axel Mariano Barrionuevo, aunque terminó desvinculado de la causa. En ese expediente estuvo imputado junto Lucas Miguel el Dientón Roja -terminó condenado- y Maximiliano Alejandro Pimientito Garate, quien fue sobreseído.
Un hermano de este último, identificado como Leonel Mariano Garate, también fue baleado durante el hecho en el que perdió la vista la hermana del Quesito. Ese joven, de 18 años, permaneció internado algunos días y al recibir el alta quedó a disposición del fiscal de Homicidios Carlos Torres.
El representante del Ministerio Público quedó a cargo de la investigación por ese tiroteo e imputó a Leonel Garate por homicidio agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa, en perjuicio de las lesiones que sufrió Vargas.
Eso no es todo, por esa causa también fue detenido y acusado por la misma calificación Rodrigo Alejo Martínez Ponce (21), alias el Zapallito o Chucky, quien supo ser compañero delictivo del famoso angelito de la jefa narco Sandra la Yaqui Vargas, Kevin Ariel Alejandro González, más conocido como el Arielito.
En tanto, otros dos sujetos se encuentran con pedido de captura en la causa que lidera Torres -se reservan las identidades por pedido judicial- y no descartan que se acumulen otros hechos ocurridos en el marco de la guerra entre bandas.
En detalle
La noche del sábado 1 de febrero el barrio La Gloria se transformó en campo de batalla: tiros, corridas, heridos y un importante despliegue policial, interrumpieron lo que parecía ser un tranquilo fin de semana.
Todo comenzó alrededor de las 21.30, cuando detonaciones de arma de fuego se oyeron entre las manzanas K y L. A los pocos minutos, un llamado a la línea de emergencias 911 alertó sobre una joven con un disparo en la cabeza.
Cuando policías se desplazaron hasta el lugar, encontraron a Guadalupe Vargas con una lesión de arma de fuego en la nuca. La joven fue trasladada de urgencia al Hospital Central en una ambulancia del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC).
Casi en paralelo, se conoció que otros dos heridos de bala habían sido trasladados en vehículos particulares al centro asistencial de Ciudad: se trataba de Claudia Gómez y Leonel Garate.
La información sostenía que habían sido atacados en el mismo hecho, aunque una versión indica que fue una rápida respuesta por parte de familiares o allegados a Vargas.
Efectivos de la Comisaría 52ª, de la Unidad Especial de Patrullaje Godoy Cruz (UEP), la Unidad de Acción Preventiva (UAP), Infantería, la Unidad Investigativa Departamental Godoy Cruz (UID) trabajaron en la escena.
Además, personal de la Policía Científica levantó vainas de distintos calibres esparcidos entre las manzanas L y M.
Cuando los trabajos policiales finalizaron, un nuevo ataque se registró en el tercer pasillo de la manzana K.
Por allí caminaba Brian Esteban Montenegro (22), quien fue abordado por dos sujetos. Sin mediar palabra, los sospechosos comenzaron a dispararle y le dieron un balazo en la pierna derecha, a la altura del muslo.
La víctima sindicó como autores al Quesito Gómez y al Pimientito Garate, revelaron fuentes cercanas a la investigación.
El chico fue asistido por personal del SEC y trasladado a un nosocomio, pero recibió el alta a las pocas horas.
Todo este combo de hechos está en pleno proceso investigativo. La Justicia tiene imputados a los presuntos autores y se espera que en los próximos días se desarrolle la audiencia de prisión preventiva en el Polo Judicial. Una vez terminado ese paso procesal, el caso podría encaminarse para que se desarrolle un debate oral.
Fuente: El Sol