El mes pasado, el fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello avanzó en la causa que investiga el asesinato de Matías Óscar Miralles con nuevos allanamientos y detenciones. La causa por el crimen del prestamista, ocurrido a mediados del año pasado en Ciudad, ya contaba con tres sospechosos tras las rejas: uno como autor material, un adolescente de 16 años apodado el Chongo, y dos presuntos partícipes primarios, Pablo Gabriel Herrera Brizuela Lucas Nicolás Segovia Contreras.

Pero el representante del Ministerio Público tenía desde hace meses atrás entre ceja y ceja a otros tres personajes que, de acuerdo con la investigación, tuvieron papeles fundamentales en la planificación del homicidio. Se trataba de Guillermo Emanuel Sosa González, dueño de un corralón y sindicado autor intelectual del hecho; Jorge José Herrera Páez, alias Ballena, sospechado de conseguir a los sicarios, y el cuevero Cristian Javier Ideme Parra, quien habría servido de nexo entre los dos anteriores.

A poco más de un mes después de su caída, el trío de nuevos acusados del caso enfrentaron este miércoles la audiencia de prisión preventiva. El fiscal Pirrello había solicitado la medida cautelar para los tres sospechosos pero tuvo suerte dispar.

La jueza Natacha Cabeza, del Juzgado Penal Colegiado Nº 1hizo lugar a la petición del representante del Ministerio Público con respecto a Sosa González y Herrera Páez -también les denegó la posibilidad de la detención domiciliaria-, pero lo rechazó ordenar la detención de Ideme Parra.

Básicamente, la magistrada consideró que no existen elementos probatorios objetivos que acrediten la teoría de la Fiscalía y permitan mantener tras las rejas al cuevero de la Galería Tonsa, ya que la acusación está basada, mayormente, en menciones que hicieron testigos indirectos y las relaciones que tenía con Sosa González y el Ballena, su amigo y su empleado, respectivamente. Más allá de eso, hay una prueba que lo coloque como partícipe en la planificación del asesinato de Miralles, explicaron fuentes allegadas al expediente.

Por eso, Cabeza le otorgó el recupero de la libertad al Gordo Javi, como lo conocen en el mundo del cambio de divisas, mediante el pago de una caución real de 5.000.000 de pesos. Se espera que el monto sea rendido el jueves a través de su abogado defensor, Pablo Cazabán, por lo que sólo restan horas para que regrese a las calles.

Eso sí, la magistrada le impuso una serie de condiciones que deberá cumplir para evitar volver a prisión: fijar domicilio, entregar su pasaporte, no cometer delitos y no salir del país, entre otros requisitos.

En tanto, en los próximos días las defensas de Sosa González y Herrera Páez tendrán la posibilidad de apelar el fallo de Cabeza y, en ese caso, será un Tribunal Penal Colegiado el que deba analizar su situación y buscarán una vez más recuperar la libertad.

No obstante, en caso de que la situación de ambos no se modifique, el fiscal Pirrello se encuentra muy cerca de elevar la causa a juicio -sería por jurado popular-, ya que está próximo a cerrar la investigación.

Una deuda y el desenlace fatal

La teoría oficial sostiene que a mediados del año pasado Sosa González se había atrasado en el pago de una deuda a Miralles. Se hablaba de entre 10 y 20 millones de pesos, producto de un préstamo en dólares. Los intereses y el valor de la moneda estadounidenses aumentaban todos los meses y el comerciante no lograba pagar el total.

A raíz de eso, Miralles exigía con vehemencia que le abonaran lo adeudado y pedía que lo hicieran en billetes. Al parecer, las exigencias del joven prestamista generaron hartazgo en Sosa González, quien decidió atentar contra su vida para terminar de una vez por todas con esa situación, surge de la pesquisa.

La investigación liderada por Pirrello señala que el comerciante le pidió ayuda a su amigo, Ideme Parra, para localizar a Miralles y matarlo. El Gordo Javi lo puso en contacto con su empleado, el Ballena.

Este

último, a través de su hijastro, Lucas Segovia, “contrataron” al Chongo y a Herrera Brizuela como sicarios, todos vinculados a la barra brava de Huracán Las HerasLes entregaron una pistola calibre 9 milímetros y prometieron pagarles con un kilo de cocaína y dinero en efectivo, aseguró un testigo estrella de la causa.

Así, el 9 de junio, pasadas las 13, dos sujetos a bordo de una moto y con una mochila de la app de repartos Pedidos Ya llegaron hasta el complejo de departamentos de calle Montecaseros al 2800, en la Cuarta Sección, donde residía Miralles.

Los sospechosos se hicieron pasar por deliverys que iban a entregar una comida para ganar ingreso al lugar y se dirigieron hasta la vivienda del prestamista, a la mitad del pasillo.

Desde una ventana, los matadores le dieron tres balazos a la víctima y acabaron con su vida en cuestión de segundos, para luego darse a la fuga de la escena a toda velocidad.

La investigación no fue fácil para los detectives, Segovia fue el primero en caer y luego siguieron los sindicados sicarios. Con las detenciones de Sosa González, Herrera Páez e Ideme Parra, el círculo se terminó por cerrar. No obstante, este último podría terminar sobreseído en un futuro próximo luego de que la Justicia no avaló su presunta participación en el hecho de sangre.

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