“Yo se que me la mandé y me voy a hacer cargo”, le aseguró Jorge Alberto Olmedo Sosa a los policías que lo fueron a detener a mediados de abril por el asesinato de su cuñado, Sebastián Ceferino Funes (39), ocurrido en el barrio Dorrego de Las Heras.

Si bien esa confesión sólo quedó plasmada en el expediente de manera indirecta por los efectivos que la escucharon, este miércoles, a poco más de tres meses del hecho de sangre, el joven de 24 años terminó admitiendo frente a una jueza que mató al novio de su hermana y fue condenado.

Fue a través de un juicio abreviado inicial que pactaron la defensa y el fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello, quien lideró la causa, para definir la situación del imputado en plena investigación penal preparatoria.

El acuerdo entre las partes fue homologado por la magistrada Mariana Gardey, del Juzgado Penal Colegiado Nº 2, quien dictó la sentencia a 11 años de prisión por el delito de homicidio simple.

El caso por el que Olmedo recibió su primera condena ocurrió durante la madrugada del sábado 22 de abril, cuando el joven se encontraba junto a sus hermanas -una de las cuales era pareja de la víctima- consumiendo bebidas alcohólicas y estupefacientes en el barrio Vicente Martino.

En medio de las charlas, la cónyuge de Funes le aseguró a su hermano que sufría violencia de género -situación que luego fue desacreditada-, lo que provocó la furia en Olmedo.

El muchacho se dirigió ofuscado hasta la casa del barrio Dorrego que compartía Funes con su hermana y los hijos de ella. Acto seguido, increpó a su cuñado mientras dormía y luego de un breve intercambio de palabras le asestó tres puñaladas. Del expediente surge que una de las lesiones fue fatal, ya que le perforó el pulmón y el corazón.

Luego del ataque, Olmedo se dio a la fuga y su hermana llegó hasta la escena, donde encontró sin vida a su pareja. Aparentemente, la mujer tuvo una crisis nerviosa y prendió fuego la propiedad con ella dentro, con la intención de quitarse la vida.

No obstante, sus familiares pudieron sacarla a tiempo y, en primera instancia, fue aprehendida como sospechosa por los primeros policías que llegaron al lugar. Posteriormente, la liberaron y estuvo algunas horas internada en el Hospital Pereyra.

Por su parte, su hermano fue detenido en su casa luego de ser sindicado como el autor del crimen y fue allí cuando deslizó la confesión que lo complicó en la investigación. Rodeado por las pruebas, este miércoles terminó reconociendo el hecho y fue condenado antes de llegar al juicio oral y público.

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