Una joven de San Carlos contó que vivió un doble abuso sexual en ese departamento. Uno de los abusadores, denunció, es su empleador y el otro, un policía que le tomó la denuncia contra el primero.
A la violencia física y sexual que relató haber sufrido la joven, se le suma la institucional, ya que las trabajadoras de la oficina de asistencia a víctimas le dieron el número de uno de sus agresores para que la contuviera por las situaciones que había vivido.
Así lo contó a Diario UNO, su abogada, Lorena Martínez.
La joven sancarlina y su relato del primer abuso sexual
La abogada de la joven de 22 años, relató las dos denuncias que tuvo que realizar su clienta y dio detalles gravísimos de cómo fue revictimizada al recurrir al Estado en busca de justicia.
Dijo que la chica concurrió a su trabajo en un delivery de comidas de San Carlos, el domingo 3 de septiembre, pasadas las 20, más tarde de su horario de ingreso.
El dueño del negocio -a quien terminó denunciando- ya la había obligado a tener sexo con él en reiteradas oportunidades, amenazándola de perder el trabajo. El sábado anterior a la denuncia -es decir, el 2 de septiembre- ella se había negado, por lo que él se había disgustado.
Tal y como relató la abogada, el empleador ya estaba enojado con la joven denunciante, y utilizó como excusa la tardanza para maltratarla. En ese momento, la chica renunció a su trabajo, le pidió que le pagara lo que le debía y le dijo que lo iba a denunciar. Inmediatamente, subió a su bicicleta y se fue.
Al notar que su exempleador la seguía, lo abordó y le aseguró que no iba a decir nada, pero que la dejara ir. La joven pudo seguir viaje y llegó a la comisaría 18, donde contó que ocurrió el segundo abuso.
La denuncia del segundo abuso, en la Comisaría 18 de San Carlos
La abogada continuó relatando la declaración de su clienta, quien aseguró haber sido nuevamente abusada, esta vez por el policía que le tomó la denuncia.
La joven llegó a la Comisaría 18 el domingo entre las 23 y las 23. 30. No se encontraba el oficial de servicio, ya que los ayudantes fiscales tienen turnos rotativos y en un domingo a la hora que llegó la joven a denunciar, se atienden las urgencias.
La chica entonces, le contó al oficial de servicio lo que le había pasado. Esto ocurrió en la vereda de la comisaría. El policía le dijo que tenía que hablar con el ayudante fiscal y la hizo entrar a las dependencias policiales.
Primero entró a una sala y como allí aparentemente no funcionaba una computadora, la llevó a otra habitación.
El policía que le estaba tomando la declaración le dijo que tenían que esperar, porque el ayudante fiscal tenía que revisar la declaración y enviarle algunas preguntas.
Al demorarse la situación, la chica le pidió al policía permiso para salir a fumarse un cigarrillo.
La abogada destacó que este la siguió y le hizo una serie de preguntas completamente fuera de lugar: si tenía novio y le pidió que le diera detalles acerca de cómo había sido tener sexo con su exjefe.
Lo que manifestó la joven es que en la comisaría solo estaba el policía que le tomaba la declaración y una oficial, a quien el primero le dijo que se fuera a dormir, que él la reemplazaba.
Posteriormente, le ordenó a la denunciante que lo acompañara a la parte de atrás de la comisaría, donde están los calabozos que en la actualidad no funcionan.
Allí, según la declaración de la joven, el policía la tomó del cabello y la obligó a practicarle sexo oral, después la llevó a enjuagarse la boca tres veces. Sin embargo, quedaron rastros de semen en el piso y por esta prueba, el policía está detenido desde este viernes en la penitenciaría provincial.
Las pruebas que provocaron la detención e imputación del policía
Cuando pudo irse de la comisaría -de la que salió bajo la presión del policía de que no debía contar lo sucedido- ya eran cerca de las 3 de la mañana.
El lunes a primera hora la joven se presentó para nuevamente en la comisaría para asistir al Cuerpo Médico Forense (CMF) allí se vuelve a encontrar con el policia que le dice que “ojo con decir algo de lo que pasó anoche”.
Luego es traslada por dos agentes en un móvil policial, y antes de ingresar al CMF, les contó a los policías que la trasladaban lo que había sucedido en la madrugada en la comisaría 18.
“Ninguno de los dos hizo nada, como ella vio esta situación, terminó relatándoselo al médico forense y es él el que pone en conocimiento al Ministerio Público Fiscal”, destacó la abogada y agregó que cuando el fiscal escuchó el relato del segundo abuso, envió a tomar muestras al calabozo donde la chica denunció que sucedieron los hechos. Efectivamente, encontraron restos de semen coincidentes con el ADN del policía denunciado. Esto provocó su detención e imputación.
La joven también denunció violencia institucional
La abogada Lorena Martínez, aseguró que la joven estaba completamente en shock cuando le relató lo ocurrido. El estado psicológico de su clienta fue considerado como un indicio importante de la veracidad de los hechos.
Además, hubo dos situaciones más que demuestran que se ejerció contra ella otra forma de violencia: la institucional. Es que además de haber sido abusada en la comisaría N° 18 a la hora de denunciar lo que ocurría con su exjefe, los policías que la trasladaron al CMF no le dieron importancia al asunto, sino que fue el médico el que dio aviso al fiscal Facundo Garnica, que es el que lleva la causa por el abuso sexual por parte del policía.
No conformes con esto, al ser atendida en la oficina de Asistencia a Víctimas, las mujeres que trabajan allí le dieron un número de teléfono que supuestamente es para contener a las personas que viven este tipo de traumas.
Insólitamente, lo que le dieron fue el contacro del policía al que ella había sindicado como abusador.
“Es muy triste lo que ha tenido que vivir esta chica, una persona absolutamente vulnerable, que debió pasar por muchas situaciones de violencia”, manifestó su abogada, que se presentó como querellante en ambos abusos.
