Uno de los objetivos que tenían los investigadores policiales y judiciales de la provincia durante los 40 allanamientos desarrollados este martes por la mañana en los barrios del oeste de Godoy Cruz era encontrar armas de fuego. Parte de esa meta se cumplió.
Secuestraron cortas, largas y tumberas en algunas propiedades de los seis barrios donde ingresaron la mañana de este martes y también enterradas junto con chalecos antibalas en un sector del Campo Papa conocido como La Olla, las que serán sometidas a peritajes en los próximos días para intentar determinar si fueron utilizadas en la guerra de bandas narco que viene creciendo desde noviembre del año pasado.Justamente, la megacausa que lidera el fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello -acumuló 30 expedientes por homicidios, tentativas de ese delito y abuso y tenencia de armas, entre otras-, apuntaba a encontrar las armas que mostraban los principales referentes de las organizaciones criminales a través de redes o compartían a través de sus WhatsApp.
Los pesquisas creen que algunas de las pistolas calibre 9 u 11.25 que exhibían algunos de los principales líderes del narcomenudeo fueron incautadas durante los allanamientos de este martes. En total, de acuerdo con información a la que accedió El Sol, serían 19 las armas –entre pistolas, tumberas (fabricación casera) y largas- las que hallaron durante las requisas domiciliarias.Tal como viene revelando este diario, tanto Miguel Ángel Valdivia (24) -conocido como el Pollo y acribillado de nueve balazos la semana pasada en la gomería de sus abuelos en calle Salvador Civit-, como su señalado socio, Alan Farolito Campos Forquera, quien fue detenido en los allanamientos en el Campo Papa y quedó a disposición de la Justicia federal por temas relacionados con la venta de drogas en pequeñas cantidades, se sacaban fotos con pistolas 9 mm y subfusiles argentino FMk3 o PA3, de ese mismo calibre.
El Pollo y el Farolito eran amigos y se encontraban en la mira por liderar una de las cuatro bandas que dominaban el Campo Papa. Cuando se tomó la decisión de que un fiscal sea el encargado de investigar los asesinatos y tiroteos por la crecida de la violencia narco, un teléfono se transformó en la clave.
Fue el que le secuestraron al Pollo Valdivia en una investigación federal por drogas a principios de este año. El aparato fue peritado por la Policía contra el Narcotráfico (PCN) y sirvió para conocer quiénes se relacionaba.
Las conversaciones con el Farolito eran frecuentes. Hablaban abiertamente del negocio narco, de los rivales que integraban su principal banda competidora –los seguidores de Sandra Jaquelina Vargas (47), conocida como la Yaqui y condenada a 15 años de cárcel por venta de drogas y lavado de dinero-, de las armas que necesitaban o compartían y de los hechos que tenían pensado cometer (tiroteos contra competidores).
Por ejemplo, se tomaron algunas conversaciones que cruzaban y sirvieron como indicio para luego potenciar las relaciones. “Uno chico nomás, tambor si tenés un 22 como para darle en la plata hermano, así lo voy a soguear que venga acá a mi casa viste como que no pasa nada y lo agarro en el pasillito hermano le doy en la pata”, le dijo el Pollo al Farolito en una de las tantas charlas que mantenían a través del servicio de mensajería.
En otra conversación, agregó: “Hermano, tengo una moneda, quiero comprar algo ahí. ¿Me puede hacer la onda para ver si me puede conseguir una automática buena?”. La respuesta del Campos Forquera fue que se juntaran a hablar personalmente.
Así como se movían los señalados jefes de esta banda y los jóvenes que respondían a ellos, que se disputaban el territorio con otras organizaciones con estrecha relación con familiares de la Yaqui Vargas, los investigadores entendieron que las organizaciones criminales se dedicaban al narcomenudeo y que juntaban armas de fuego para mantener y potenciar el negocio de los bunkers y quiosquitos en el Campo Papa y alrededores, además de enfrentar, correr o usurpar las casas de sus competidores directos en la zona de la “línea”.
Fuente: El Sol