La transición entre Alberto Fernández y Javier Milei es compleja porque además de un cambio de gobierno implica también una modificación en el enfoque del rol del Estado en muchos temas, incluidas las obras públicas. Para Mendoza la noticia es más negativa porque ya arrastraba los problemas de ser una provincia opositora en la que muchas obras que dependen de la Nación ya estaban demoradas. Ahora la continuidad está en duda, al menos con la modalidad actual. 

El impacto podría sentirse en las obras viales, principalmente en las rutas nacionales que tienen financiamiento directo de la Nación. Los laderos de Javier Milei confirmaron que el primer recorte fuerte se hará en la obra pública: no habrá más licitaciones con financiamiento estatal y, en cambio, buscarán el mecanismos de participación público privada. Allí entra en juego la variable “oportunidad de negocios” para ejecutar los negocios, así como la recuperación y la ganancia. En las obras viales se traducirá, entre otras cosas, en rutas con más peajes.

La duda está con los contratos vigentes que el propio Estado debería cumplir más allá de quién gobierne. El problema es que la cantidad de renegociaciones y matices que tienen los contratos por la coyuntura, han generado también distorsiones en los contratos por los que se podrían colar modificaciones. 

Las obras paradas en Mendoza

Una de las obras que más puede sufrir el freno de Milei es la ya postergada autopista Mendoza – San Juan. Ese plan está en ejecución lenta y con problemas de agilidad económica. El contrato está vigente, pero con fisuras por las demoras y el contexto económico. El cambio de mando podría hacer recalcular los planes. Incluso la autopista alguna vez estuvo pensada como una obra “PPP”; es decir público privada, durante la gestión de Mauricio Macri. Pero luego se sacó de ese plan para que la financie Vialidad Nacional. El tramo en ejecución implica 18 kilómetros de ruta entre el Aeropuerto de Mendoza y el empalme con la Ruta Provincial 34, en Lavalle. La obra fue adjudicada a la UTE formada por Chediack y Ceosa y el presupuesto “testimonial” original era de 5 mil millones de pesos, que ahora se multiplicó por varias veces. 

La Variante Palmira, ruta que desviará el tránsito pesado entre el Acceso Este y la ruta 7 hacia Chile, también está en proceso y podría sufrir más traumas. La obra tiene un grado de avance importante, pero sigue demorada y Milei será el tercer presidente que la tendrá a cargo: se gestó con Mauricio Macri, le tocó seguirla a Alberto Fernández y ahora el “libertario” deberá determinar cómo seguir. Además de los problemas de la empresa y los pagos, hubo litigios judiciales por las objeciones a las expropiaciones que aparecieron. 

El principal plan que podría quedar en duda tiene que ver con la Ruta 7 en Alta Montaña. La renovación total se planificó en tramos. Actualmente, por ejemplo, está en ejecución la remodelación del túnel ferroviario para convertirlo en paso de vehículos convencionales. Pero no es el único tramo. La ventaja que tiene es el financiamiento externo: el Banco Interamericano de Desarrollo es quien pone parte de los fondos, por lo que podría zafar de los recortes que piensa ejecutar el nuevo Presidente. 

La Nación se había comprometido a financiar más obras sobre ese corredor, que es fundamental para el comercio internacional. Entre otras cosas se preveía “la readecuación, entre Agrelo y el acceso al Complejo Aguas de Pizarro; la construcción de cobertizos de protección contra avalanchas, ensanche de banquinas y estabilización en diferentes tramos; y la repavimentación de 45 km, entre Potrerillos y Uspallata”. Nuevamente podría quedar postergada también la mejora en la ruta 40 sur para unir Mendoza y Neuquén. 

El otro gran plan de obra pública que Mendoza espera desde la Nación tiene que ver con la emergencia más grave que tiene la provincia: la ambiental producida por la falta de cloacas y redes de agua. A través del ENHOSA, hay planes en ejecución y planificación para llevar agua al pedemonte de Las Heras, además de ampliaciones de plantas en San Rafael y el Gran Mendoza. Como emblema de la desidia, podrían quedar en pausa la reconstrucción de los dos puentes caídos en el Valle de Uco, sobre la ruta 40, que van camino a cumplir un aniversario más sin ser reparados. 

Si prospera el plan de recorte prometido, otro rubro que sufrirá un fuerte recorte es el de las viviendas. La Nación aporta fondos para ese fin en todo el país. 

Fuente: MDZ

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