Los trabajos de magia negra y esoterismo siguen vinculados a la investigación del crimen del médico León Domingo Burela (64), ocurrido en abril de este año en el barrio Kolton de Las Heras. Otra vez una de las acusadas trató de usar sus creencias para frenar el desarrollo de la causa.

Este martes las imputadas, Elizabeth Ventura (52)-esposa de la víctima- y su amiga Mónica Castro estuvieron en Tribunales ante la audiencia de prisión preventiva, que definirá si siguen presas o quedan en libertad.

En primer turno alegó la fiscal Claudia Ríos, quien fundamentó sus sospechas de que la pareja de Burela es la autora intelectual de este “homicidio agravado por el vínculo”, y que la otra mujer tiene una participación necesaria por haber sido quien buscó al sicario que ejecutó al hombre con tres balazos en el interior de su casa. Con estas acusaciones arriesgan prisión perpetua en un futuro juicio.

La prueba principal para el Ministerio Público Fiscal es la escucha telefónica en la cual Castro le dice a Ventura “dale, contale también que mandaste a matar a tu marido”, en relación a una charla que había tenido con otra mujer. Pero los nuevos elementos aportados en la audiencia son los gualichos que la “bruja”, como la conocen a Castro, estuvo realizando en la cárcel. 

Gustavo Rogé / Los Andes

En el penal Agua de las Avispas los penitenciarios retiraron de su celda una bolsa que tenía anotaciones que decían “libertad para Mónica Castro”, “pulsera electrónica para Mónica Castro” y los nombres de la fiscal Ríos y el juez Federico Martínez-quien debe decir sobre la preventiva-tachados con cruces. Algunos de estos papeles estaban adentro de un frasco con miel, mientras que también encontraron escritos con los apellidos de los abogados defensores. Todo este material fue secuestrado y entregado a la fiscalía, que lo aportó como prueba de que una de las detenidas quiere complicar el proceso y por eso ella y su cómplice deben seguir en prisión.

Esto tipo de elementos se habían hallado en la casa de la “bruja” cuando fue allanada por la Policía, en donde también estaban los nombres y las fotos de los investigadores con mensajes intimidantes. Además se pedía que no se investigaran determinados números de teléfonos.

Cuando expuso la defensa de Ventura los letrados Cristian Vaira Leyton y Edgardo Izura plantearon la hipótesis de que el crimen se cometió durante un asalto-los hijos del matrimonio declararon el faltante de objetos de la vivienda- y que la escucha que implica a estas mujeres fue en un momento de bronca y reproche entre ellas. Para su cliente pidieron libertad o arresto domiciliario, además de que plantearon la nulidad de la intervención de los teléfonos como prueba, ya que sostienen que excedió el plazo máximo de 120 días que contempla la ley. 
Gustavo Rogé / Los Andes

La audiencia seguirá este viernes con la palabra de la abogada de Castro, Susana Soleti, y la resolución del juez Martínez. 

La declaración de la viuda

Hace días Elizabeth Ventura hizo uso de su derecho de declarar ante los pesquisas. Aseguró que es inocente y que sufría todo tipo de maltratos de Burela.

“No lo maté, no lo mandé a matar”, sostuvo la acusada, que agregó que fue víctima de violencia de género por parte de su marido. Agregó que el hombre quería que ella se prostituyera, que la obligaba a realizar prácticas de swinger (intercambio de parejas) y que en las relaciones sexuales era sometida con diferentes objetos. 

Respecto a la escucha-prueba que motivó su detención y la de su amiga en octubre pasado-, explicó que fue una “broma de mal gusto”. 

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