En la segunda jornada del megajuicio contra el juez federal Walter Bento (60) y otras 31 personas acusadas de gestionar coimas en Mendoza, se ventilaron detalles de las declaraciones de algunos arrepentidos en la causa. Uno de ellos brindó detalles sobre un soborno de 100 mil dólares que admitió haberse repartido con el magistrado.

Este jueves continuó la lectura de la pieza de acusación, donde la Fiscalía Federal describió en más de 850 hojas las pruebas y delitos que le endilga a cada uno de los procesados. Esta etapa durará un puñado de jornadas y este jueves ya se empezaron a desmenuzar uno por uno los 15 casos de cohecho que se investigaron.

El primero de estos es el que vincula a Walter Bardinella Donoso (43), un narcotraficante que estuvo un tiempo prófugo de la Justicia y durante su clandestinidad intentó zafar de la causa mediante sobornos. Además, la Fiscalía cree que gestionó coimas para otros procesados y por eso está imputado como integrante de la asociación ilícita que lideraría Walter Bento.

Dentro de las pruebas contra Bardinella, existen múltiples mensajes con varios de los abogados acusados: Luciano Ortego (44), Matías Aramayo (45) y Martín Ríos (62). Hasta ellos lo representaron en algún momento durante la investigación.

Quien brindó detalles sobre esta sospecha fue el propio Martín Ríos, uno de los tres testigos arrepentidos en el juicio. Según el requerimiento de elevación a juicio, este letrado detalló que coordinaron una coima para favorecer a Eugenio Nasi (46), un transportista condenado por contrabando y también imputado en el segundo caso de cohecho a Walter Bento.

“Nasi le dio plata a Ortego y Ortego le dio a Diego Aliaga (NdA: asesinado en 2020) para después llevársela a Bento. Había una ‘comisión’ de 100 mil dólares que eran para Bardinella, pero acordaron que no se la iban a dar sino que lo iban a usar para arreglar su situación. De esto iban a quedar 60 mil dólares para Bento y 20 mil para mí y para Aramayo. Se demoraron en pagarlo y Aliaga nos dio 10 mil dólares cerca de fin de año”, dijo Martín Ríos en su declaración como arrepentido.

“Aliaga me dijo que teníamos que esperar las instrucciones del juez Bento respecto a qué debíamos pedir en la causa”, agregó en referencia a los escritos que presentaban para que el magistrado luego favoreciera con fallos judiciales a los pagadores de los sobornos.

Este jueves también se repasó la declaración de otro contrabandista que fue condenado junto a Eugenio Nasi quien refirió que este último pagó 400 mil dólares de coimas mientras que el presunto líder de esa banda, el empresario chino Cheng Zheng, aportó un soborno de un millón y medio de dólares para escapar de la Justicia -actualmente está prófugo-.

La génesis de la causa por las coimas en Mendoza

A mediados de 2020 el supuesto empresario Diego Aliaga estuvo desaparecido y luego fue encontrado asesinado. Más allá de la conmoción por su crimen, comenzó a levantarse el rumor de que el hombre tenía contactos para sacar a presos de contrabando y narcotráfico en la Justicia Federal. A fines de ese año, un sospechoso de financiar una narcobanda -Walter Bardinella Donoso- fue detenido y en su teléfono celular se encontraron conversaciones que alimentaron esa hipótesis.

El fiscal federal Dante Vega estuvo siguiendo la pista hasta que decidió ordenar allanamientos, detenciones e imputaciones que se concretaron el 5 de mayo de 2021. Entre los sospechosos se encontraban el juez federal Walter Bento, su esposa Marta Boiza y un puñado de abogados. La investigación no cesó allí ya que hubo otros avances e imputaciones a medida que pasaban los meses.

En líneas generales, la pesquisa sostiene que Walter Bento lideraba una organización ilícita dedicaba a gestionar coimas para darles beneficios a presos, tales como arrestos domiciliarias o la libertad. Aliaga habría sido la mano derecha del magistrado y su trabajo era contactar a las personas que caían presas por causas de contrabando o narcotráfico. El hombre les ofrecía los beneficios a cambio de jugosas coimas que eran pagadas en dólares y hasta en inmuebles. Luego comenzaban a ser representados por alguno de los abogados acusados que presentaban escritos para que el magistrado dictaminara la salida de la cárcel.

El fiscal Dante Vega cuenta con un centenar de testigos para sostener su acusación, además de mensajes y llamadas -generalmente mediante la aplicación Telegram- donde los sospechosos hacían referencia a los sobornos y al juez Bento con algunos eufemismos. Del otro lado, los abogados defensores sostienen que es una causa que fue armada contra el magistrado por cuestiones políticas.

Por otro lado, la acusación consideró que Walter Bento y su clan familiar se enriquecieron y lavaron el dinero que provenía de las coimas. Prueba de ellos, según la Fiscalía Federal, son los centenares de viajes que realizó el matrimonio durante los últimos años, las propiedades y vehículos que adquirió y los fondos de comercios en que invirtió.

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