La jefa narco Sandra Mónica Monasterios volvió a ser sorprendida por comercialización de estupefacientes durante el fin de semana en Guaymallén. Los investigadores de la Policía Federal, quienes desarrollaron los trabajos de inteligencia para sorprenderla y encontrarle cocaína en su domicilio durante algunos días, supieron que estaban frente a una mujer “complicada desde los primeros momentos de pesquisa.
Esto porque Monasterios, actualmente con 52 años, ganó notoriedad en el mundo delictivo a principios de la década pasada, cuando terminó detenida y luego condenada por estar al frente de una banda narco que traficaba drogas a San Juan.
La mujer se encontraba en la cárcel de El Borbollón y desde allí coordinaba los envíos de estupefacientes a la vecina provincia. Contaba con un “ejército” de integrantes en la organización -otras 14 personas fueron juzgadas junto con ella- y se manejaba con teléfonos celulares y remiseros para distribución de las sustancias prohibidas. Tenía armado toda una red para el negocio del transporte.
Entre tantas historias carcelarias, había caído presa por intentar drogas por la Terminal de Ómnibus en el 2009 y en una de sus salidas transitorias se fugó. En el 2015, fue sentenciada a 9 años de cárcel en San Juan y luego fue trasladada nuevamente a Mendoza para cumplir la pena. No sólo eso: para aquella época, se conoció que su esposo había sido secuestrado por narcos y liberado tras del pago de un rescate.
En las últimas semanas, efectivos de la Brigada de la Delegación de la Policía Federal Argentina comenzaron a investigar nuevamente a Monasterios por comercio de drogas. Recibieron una denuncia en la que informaban que la mujer tenía como modo de vida el narcomenudeo y así se iniciaron los trabajos de observaciones en el domicilio aportado.
Las tareas de campo permitieron conocer que llegaban personas para la compra de drogas en dosis fraccionadas en la propiedad ubicada sobre calle Fray Justo Santa María de Oro y detectaron a Monasterios en los típicos pases de mano de la venta en pequeñas cantidades.
Con todo el caudal probatorio incorporado en la instrucción, el Juzgado Federal Nº3 de Mendoza, a cargo de Marcelo Garnica, ordenó el allanamiento en la vivienda de la mujer con antecedentes y condena por transacciones narco. El mismo se desarrolló el pasado viernes en horas de la tarde. La medida se prolongó durante la noche.
Los policías requisaron la propiedad y encontraron cocaína distribuida para el narcomenudeo y otros para el armado de las dosis, comúnmente llamadas ravioles -más de 60 gramos- y dinero en efectivo que superó los 170 mil pesos. También incautaron teléfonos celulares que serán peritados con el objetivo de conocer si eran utilizados para coordinar envíos de sustancias.
La jefa narco juzgada en San Juan
El accionar delictivo de Sandra Monasterios quedó claro cuando se realizó el juicio en su contra en la provincia de San Juan. Se sentó en el banquillo junto con otros 14 imputados y policías que detallaron cómo hicieron escuchas y registraron con cámaras los actos delictivos y 70 testigos que declararon en el proceso detallaron cómo eran las maniobras de la mujer para transportar la droga desde Mendoza.
Se supo que Monasterios había sido capturada en el 2009 y que logró el beneficio de las salidas transitorias dos años después. Un día nunca regresó al penal de El Borbollón, en Las Heras, donde le habían dado destino de encierro.
La jefa narco era conocida en la zona de Pedro Molina, en Guaymallén. Distribuía en diversos barrios aledaños para que su gente comercializara en pequeñas cantidades. Ella se quedaba con la mayor cantidad del dinero que recaudaban. También afirmaron que cocinaba la cocaína en su domicilio y también vendía marihuana.
Pero el “gran” negocio de la mujer era en San Juan, principalmente en la localidad de Pocito. Allí tenía sus contactos -hombres conocidos como Gorila y Nolo, quienes también fueron juzgados- y llegó a juicio acusada por asociación ilícita ya que, durante la etapa investigativa, quedó demostrado que con los otros 14 imputados, “conformaron una verdadera organización delictiva destinada a cometer delitos relacionados con el tráfico de estupefacientes en la que ella asumió el rol de organizadora”.
La investigación que permitió su captura hace más de una década, se desarrolló entre abril y noviembre del 2012. Un remís intentó cruzar a San Juan con más de 8 kilos de cocaína ocultos en la rueda de auxilio pero policías federales le frenaron el paso en la localidad de San Carlos. Ya sabían del transporte de la droga. Al mismo tiempo, desarrollaron un procedimiento en la Terminal de la vecina provincia, porque sabían que una joven llevaba otros dos kilos de esa droga.
Fuente: El Sol